María Jesús San Segundo, Gran Cruz de Alfonso X el Sabio

María Jesús San Segundo
EP
Actualizado: jueves, 10 marzo 2011 15:07

MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Educación ha concedido este jueves la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio a la ex ministra de Ciencia y Educación María Jesús San Segundo por su contribución a la educación un acto "de reconocimiento y afecto", tal y como lo ha calificado el ministro de Educación, Ángel Gabilondo.

Así, Gabilondo ha destacado que San Segundo -fallecida el pasado mes de diciembre de 2010 a los 53 años de edad-- "siempre mostró su compromiso con la educación, su cercanía con la comunidad educativa y fue una excelente investigadora". Además, ha recordado que San Segundo fue la responsable de la actual ley educativa.

"Su paso fue sencillo y tan delicado que merece nuestro reconocimiento", ha explicado, al tiempo que ha asegurado que "este acto es de todos los ciudadanos y ciudadanas de España para reconocer la labor llevada a cabo por María Jesús San Segundo".

Durante el acto, en el que además se ha incorporado un retrato de la ex ministra de Ciencia y Educación a la galería del ministerio, Gabilondo también ha anunciado que el próximo lunes se rendirá homenaje a San Segundo en París "por su labor como embajadora de la Unesco".

Asimismo, ha destacado que quienes actualmente trabajan en este ministerio "cogen el testigo de María Jesús San Segundo y de todos aquellos que han estado a su lado luchando por la educación en España".

Por su parte, Elena San Segundo, hermana de la homenajeada, ha recordado que, cuando en 2006 María Jesús San Segundo tomó posesión de su cargo como ministra de Ciencia y Educación, vivió ese momento con orgullo, incredulidad y admiración". "Hoy esos sentimientos siguen estando presentes", ha añadido.

Finalmente, ha rememorado que su hermana "no tenía aspiraciones políticas" y que espera que su trabajo, "que ha dejado huella, la siga dejando". También ha comentado que María Jesús San Segundo le confesó que su etapa como ministra fue "muy feliz" y que, junto a su estancia, como embajadora de la Unesco en París "fueron las mejores".