MADRID, 12 ene. (EDIZIONES)
Ciento cincuenta años después del nacimiento de Maria Montessori, sus innovaciones y su revolucionaria filosofía educativa son hoy en día objeto de alabanzas por parte tanto de maestros como de personas fuera del ámbito educativo, lo que ha hecho que Montessori siga presente.
En la actualidad, muchas de las ideas originales de este método educativo están muy presentes, especialmente en las aulas de preescolar y escuelas infantiles donde se tiene especialmente presente la idea de fomentar la independencia, iniciativa y autonomía del niño.
Aunque el método fue creado en el siglo pasado, la educación Montessori se ha extendido hasta el punto en que en la actualidad hay más de 20.000 escuelas en todo el mundo, algunas de las cuales han formado parte de la educación de personalidades de éxito reconocidas como Jeff Bezos, Larry Page o Beyoncé, entre otros.
¿Quién fue María Montessori?
María Montessori (1870-1952) fue una de las primeras mujeres en graduarse en medicina en Italia y aplicó su formación como científica para enseñar a los niños nuevas formas de aprendizaje.
Ella notó que los niños aprendían de forma natural a través de la motivación intrínseca de explorar y cambió el pensamiento convencional sobre la educación desarrollando un método de enseñanza que abarca actividades prácticas y multisensoriales en el aula para fomentar tanto la independencia del niño como la oportunidad de aprender a su propio ritmo.
La primera vez que Maria Montessori puso en práctica su método fue en la Casa de los Niños de San Lorenzo, con los niños de un barrio marginal que, gracias a la intervención de la doctora, adquirieron rápidamente una gran autonomía.
El niño como su propio maestro
Según el Método Montessori, los niños se desarrollan en un ambiente preparado, basado en unos principios naturales muy claros: autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad, y autodisciplina. Con ellos, la idea es que el niño sea su propio maestro.
No se trata de un sistema anárquico en el que el niño hace lo que se le antoja sin ninguna norma, sino de un sistema en el que el niño elige libremente una actividad y un adulto o guía le acompaña en el proceso de aprendizaje haciendo una observación clínica e interviniendo cuando es necesario.
Así, la escuela no es "un lugar donde el maestro transmite conocimientos", sino "un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará a través de un trabajo libre con material didáctico especializado".
Un ambiente preparado
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. Un aula Montessori integra edades agrupadas en períodos de 3 años, lo que promueve de forma natural la socialización, el respeto, el deseo de aprender de "los mayores", el deseo de enseñar "a los pequeños" y la solidaridad.
El ambiente está adaptado en proporción a la medida de los niños, con estanterías bajas y distintas medidas de mesa y sillas. A su vez, el aula está dividida en áreas temáticas donde se exponen los diferentes materiales con espacio suficiente para permitir la libertad de movimiento del niño.
La importancia de la figura del guía y el asistente
Basados en la premisa de que los niños poseen una habilidad innata para aprender y que, con el apoyo de un ambiente adecuado y un educador apropiado, tiene todos los ingredientes para alcanzar su máximo potencial, la figura del adulto preparado es otro de los pilares de este método.
Un aula Montessori suele tener un guía que cuenta con el apoyo de un asistente Montessori. Según el centro de formación especializado en Educación Montessori IMI (International Montessori Institute, por sus siglas en inglés), el guía titular es quien marca el ritmo del aula, presentando los materiales y siendo responsable del ambiente; mientras el asistente de un aula Montessori es quien apoya al guía en las distintas etapas de la preparación del ambiente, aportando sus conocimientos principalmente en la elaboración de algunos materiales y compartiendo sus observaciones, por lo que el apoyo del asistente es crucial para atender mejor las necesidades del grupo.
En ambos casos es fundamental una formación previa específica para cada papel en centros especializados, como IMI, que den garantía de ofrecer una formación Montessori clásica y rigurosa basándose en las fuentes originales de la Dra. Maria Montessori.
