Agua.- Europa debe "redoblar" sus esfuerzos en los usos eficientes del agua para evitar graves impactos, según la EEA

Canal de riego en Andalucía
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 13 marzo 2012 18:46

MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

Europa necesita "redoblar esfuerzos" en el uso del agua de manera más eficiente para evitar las repercusiones negativas sobre su economía, según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés, en el que destaca que el uso eficiente del agua provoca duros impactos en los recursos necesarios por los ecosistemas y las personas, vitales para la productividad y la seguridad de Europa.

El informe 'Hacia un uso eficiente de los recursos hídricos en Europa', de la EEA, expone cómo debe ser la gestión integrada del agua, comenzando con una mejor implantación de la legislación existente. Según la directora ejecutiva de la EEA, Jacqueline McGlade, los recursos hídricos están bajo presión en muchas zonas de Europa y esta situación está empeorando.

Además, ha subrayado que la agricultura, la producción energética, la industria, la demanda pública de agua y los ecosistemas son todos importantes y todos compiten por este recurso limitado. "Con el cambio climático el suministro de agua es menos predecible, y es extremadamente importante que Europa emplea el agua de una manera más eficiente para beneficio de todos sus usuarios. Los recursos del agua deberían ser gestionados de una forma tan efectiva como cualquier otro recurso natural de los países", ha añadido.

El documento expone que la escasez de agua tiene consecuencias severas para las economías dependientes de la agricultura y la industria y que algunas de estos déficit de agua han llevado incluso a restricciones del agua para beber en varias zonas de Europa.

Asimismo, el estudio incide también en los efectos indirectos que provoca en la economía, como la reducción de los flujos de los ríos, el descenso de los niveles de los lagos y niveles de agua subterránea, la desaparición de algunos humedales, hechos todos que pueden tener efectos destructivos en los sistemas naturales que apuntalan la productividad económica.

Al mismo tiempo, apunta que la intensidad en la competición por los recursos de agua en algunas partes de Europa está incrementándose y que en la Unión Europea, la agricultura utiliza un cuarto del agua que se desvía del medio ambiente, pero esta cifra puede llegar hasta el 80 por ciento en el sur de Europa.

Igualmente, la demanda pública de agua supone aproximadamente un quinto del agua que se usa en toda Europa y más de un cuarto de ésta se emplea solamente para las cisternas de los inodoros.

Las instalaciones hidroeléctricas también han cambiado la estructura natural y el curso de los ríos y los lagos, con sus subsecuentes consecuencias para los ecosistemas.

FÁCILES MEJORAS EN LA AGRICULTURA

Por ello, el informe apunta que la agricultura es uno de los sectores en los que las soluciones fáciles de eficiencia son posibles, porque un montón de agua se utiliza de manera ineficiente para irrigar los cultivos. Según algunos estudios, se calcula que se podría ahorrar aproximadamente un cuarto del agua empleada para la irrigación, justo cambiando el tipo de tuberías o canalizaciones. También se podría hacer más efectivo el abastecimiento del agua pública para el consumo humano, ya que se estima que se pierde cerca de un 50 por ciento del agua de beber en algunos Estados de la Unión Europea.

En alusión a España, el informe de la EEA afirma que los usos ineficientes del agua también conllevan un mayor uso de energía, financiación extra y mayores costes medioambientales. Mientras la energía necesaria para bombear y tratar el agua en agua potable está en torno a 0,6 kilowatios hora por metro cúbico, desalinizar el agua marina añade aproximadamente 4 kilowatios por hora en metro cúbico

Algunos países europeos utilizan la tecnología de la desalinización, sobre todo España, que está entre los países que más utilizan la tecnología de la desalinización.

Históricamente, los precios del agua en Europa raramente han reflejado la realidad del coste de financiar el abastecimiento de agua, ni sus costes económicos ni los medioambientales. Esto ha llevado a que la contaminación y la escasez del agua, imponen sus costes sobre el medio ambiente y sobre la sociedad. De hecho, el público, generalmente, tiene que pagar el coste del tratamiento del agua para beber que ha sido contaminada por la agricultura o la industria.

Por ello, poner el precio justo al agua podría incentivar un uso más eficiente de este recurso y fomentar la innovación tecnológica. El informe encuentra también efectivo en este sentido, la aplicación de impuestos, subsidios, mecanismos de mercado, sistemas de precios y otros instrumentos económicos, que podrían también ayudar a equilibrar la demanda de agua.