Hoy se cumplen diez años de la riada del camping "Las Nieves" de Biescas que causó 87 muertos

Actualizado: lunes, 7 agosto 2006 12:05

Los afectados no han cobrado las indemnizaciones que han de hacer efectivas Gobierno aragonés y Ministerio de Medio Ambiente

HUESCA, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

Una década después de la tragedia del camping "Las Nieves" de Biescas familiares de los fallecidos todavía están a la espera de recibir las indemnizaciones --un total de 11,2 millones de euros-- que han de pagar el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Aragón. Ninguna de las dos administraciones recurrió la sentencia.

El Ejecutivo autónomo aprobó recientemente un proyecto de ley de crédito extraordinario por valor de seis millones de euros para abonar las indemnizaciones, y ha manifestado su interés en que los afectados cobren cuanto antes: 180.000 euros por fallecido, salvo en el caso de un menor cuyos padres y hermanos murieron en el siniestro y que recibirá 210.000 euros.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional condenó, en diciembre de 2005, al Ministerio de Medio Ambiente y a la Diputación General de Aragón a indemnizar de forma solidaria con un total de 11.265.987 euros (1.864 millones de pesetas) a los familiares de 62 de las 87 víctimas mortales de la riada que arrasó el camping el 7 de agosto de 1996.

El procedimiento contencioso-administrativo por estos hechos se inició el 7 de diciembre de 2001, una vez que el Tribunal Supremo confirmó el archivo de las diligencias penales por la riada de Biescas el 11 de enero de ese mismo año.

La sentencia eximió de responsabilidad a los otros dos demandados: Luis Bardají, director del camping, y al Ayuntamiento de Biescas, y condenó a Medio Ambiente, órgano del que depende la Confederación Hidrográfica del Ebro, y al Gobierno de Aragón porque autorizaron o consintieron la adjudicación e instalación de la zona de acampada cuando tenían medios suficientes para acreditar las condiciones y el riesgo que conllevaba la zona en la que se estableció, que no era la más idónea para la seguridad de las personas y de sus bienes. Los hechos eran "previsibles y evitables".

La previsibilidad de ese riesgo fue advertida por escrito, con carácter previo y en el correspondiente expediente administrativo necesario para autorizar esa ocupación, por un funcionario de la Diputación General de Aragón, indicaba el contenido de la sentencia. El camping era una instalación "muy frágil" que ocupaba la parte más activa del cono de deyección o abanico aluvial de un barranco de fuerte torrencialidad.

Uno de los letrados representantes de un grupo de afectados, Ricardo Orús, señala que "las administraciones han tenido tiempo más que suficiente, desde el pasado mes de diciembre, para que hubieran liquidado las indemnizaciones. Nosotros ya presentamos en su día la documentación requerida. Nuestra valoración es negativa, llevamos diez años con este asunto y creo que los afectados se sienten más que estafados".

Orús agregó que el Gobierno aragonés, "ha manifestado ahora su intención, seguramente porque se cumple el décimo aniversario de la tragedia, de que los afectados cobren lo antes posible, dicen que a partir de septiembre, aunque esa buena intención la podía haber tenido igualmente hace unos meses. También nos tememos que habrá una nueva demora porque el proyecto de ley de crédito tiene que pasar el trámite parlamentario correspondiente". Respecto al Ministerio de Medio Ambiente, el abogado indicó que desconoce cuándo empezará a pagar a los afectados.

No obstante, en el caso Biescas quedan otros flecos pendientes. Existe un grupo de afectados que reclaman indemnizaciones, y que no se personaron en el recurso de la Audiencia Nacional, por lo que sus representantes legales han presentado una petición de amparo.

La Audiencia Nacional no contempló indemnizaciones para algunas de las personas que padecieron daños físicos y morales, como es el caso de Antonio Espinosa, que sufrió la amputación de un brazo, y que ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo.

La vida de Antonio Espinosa ha cambiado mucho. Antes de la catástrofe tenía un negocio propio, era transportista, y las cosas le iban muy bien. Como consecuencia de la riada perdió su brazo derecho. "Ha sido muy duro, he tenido que aprender de nuevo a escribir, y ahora estoy como mozo de almacén. He presentado un recurso ante el Supremo porque ha quedado excluido de las indemnizaciones".

Antonio estaba ese día en el camping con su mujer, embarazada de tres meses y su hija de 9 años. "Doy gracias porque mi familia se salvó". Su esposa recuerda que el 7 de agosto de 1996 realizaron una excursión a Ordesa y que volvieron antes de lo previsto al camping de Biescas. "Yo estaba en la tienda echada un rato, y cuando me desperté ví que la niña no estaba, había empezado a llover. La cosa se iba poniendo fea, y mientras mi marido iba a por el coche, yo me acerqué a la zona de los aseos, a buscar a mi hija, allí estaba. A nosotras no nos pasó nada, pero a él le arrastró la riada, con todo".

Aquella tarde, se originó una "tormenta persistente, con alto nivel de precipitación" en la cuenca del río Arás, "que dio lugar a una riada" que destruyó la mayoría de las presas de contención, dos puentes e incrementó la anchura y profundidad del barranco o torrente de Arás, señalaba la sentencia de la Audiencia Nacional. El caudal torrencial arrastró lodo, rocas y arrancó árboles, por lo que a causa del arrastre masivo de todo ese material sufrió una obstrucción que motivó que la riada se dirigiera hacia su parte derecha, donde estaba situado el camping.

La cantidad media de lluvia caída entre 7 y el 8 de agosto de 1996 en la cuenca de Arás fue de 185 litros por metro cuadrado, "una cantidad extraordinaria pero no totalmente insólita en el Pirineo, zona en la que a veces se han producido lluvias de intensidad similar por ser lugar de alta montaña y en la que está situada la citada cuenca del río Arás", relató la Audiencia.

La tragedia de Biescas dió la vuelta al mundo. Los habitantes de esta localidad dieron un gran ejemplo de solidaridad que no olvidan los afectados.

En "Las Nieves" se encontraban alojadas personas de varias comunidades autónomas, como Aragón, Navarra, Cataluña, Valencia, País Vasco, Cantabria, Castilla-León, Andalucía, Madrid, y de países como Francia y Holanda. Los habitantes de esta localidad dieron un gran ejemplo de solidaridad que no olvidan los afectados.

La zona de acampada quedó totalmente destrozada, y durante semanas, los equipos de rescate estuvieron rastreando la zona para recuperar cuerpos de las víctimas. Una año después de la riada aparecía el cadáver de un niño, la víctima número 87.