BARCELONA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El jefe del Cuerpo de los Bomberos de la Generalitat, Joan Rovira, explicó hoy que los cinco bomberos muertos en el incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona) del Grupo de Actuaciones Forestales (Graf) de Lérida fueron quienes tomaron la decisión de no evacuar ante las llamas porque se sentían más seguros en la zona de autoprotección que habían preparado y los mandos del dispositivo se lo permitieron porque, al no tener visión aérea porque no disponían de medios, eran los del terreno los que tenían "mejor perspectiva" para decidir.
En una rueda de prensa detalló todo lo ocurrido entre las 14 horas y la muerte de los bomberos tras constatar que se hizo "todo que se pudo". El jefe de los Bomberos explicó que siempre, si no hay nadie que tenga una mejor perspectiva, quien toma la decisión es la unidad que está en el lugar de los hechos, por lo que los mandos no les obligaron a evacuar la zona a pesar de que ya se habían evacuado a las Brigadas de Incendios Forestales del Ministerio de Medio Ambiente (Brif).
Precisamente, fue la evacuación de la unidad Brif --que acabó a las 16.03 horas-- la que según Rovira, les trastocó los planes operativos porque dio lugar a una situación "no prevista" y generó intranquilidad al resto de bomberos que estaban en la zona. Admitió que les hizo perder capacidad de actuación y, justamente tres minutos después del rescate, se recibió la primera llamada de emergencia del Graf, cuando perdieron ya la comunicación con ellos.
La evacuación del Brif "no fue neutra" y "desestabilizó a las unidades", ya que los pocos medios que podían volar se centraron en la evacuación y no pudieron ni seguir extinguiendo el fuego ni proporcionando visión aérea.
En su comparecencia, Rovira lamentó las críticas vertidas por el abogado de una de las familias sobre las decisiones tomadas por los mandos durante la extinción, en las que afirmó que no hubo comunicación con las víctimas, y aseguró que estuvieron en contacto con ellos en todo momento. Se mostró "sorprendido, perplejo y indignado" ante la utilización parcial del informe y dijo que ahora tienen que remontar la confianza en su modelo de extinción.
Según Rovira, el tiempo de respuesta entre que les llega la primera llamada de emergencia, a las 16.06 horas, y la activación del helicóptero de rescate desde Sabadell con miembros del Grupo de Actuaciones Especiales (Grae) y efectivos médicos, pasaron 10 minutos, "tiempo de respuesta muy adecuado teniendo en cuenta las circunstancias", ya que en un principio no podían saber la magnitud de lo ocurrido.
El informe, de 463 páginas, detalla todo lo ocurrido, especialmente el día 21 de julio entre las 14 horas y las evacuaciones de los bomberos heridos, pasadas las 19 horas. Se basa en las comunicaciones entre los efectivos, el posicionamiento GPS y las imágenes tomadas por las unidades.
De hecho, la juez de Gandesa tiene en su poder imágenes tomadas por los bomberos muertos poco antes de verse atrapados por el fuego, a las que no han tenido acceso los mandos de Bomberos que realizaron el informe, y que pueden tener nuevas claves para entender qué pasó esos últimos minutos.
UNOS 80 BOMBEROS AMENAZADOS
Rovira aseguró que de los 128 bomberos que estaban en el lugar trabajando, unos 80 ó 90 tuvieron que realizar alguna tarea de autoprotección, ya que la situación de verse rodeados fue "tan generalizada" que muchos estuvieron en peligro.
Aun así, hizo hincapié en que la estrategia de extinción fue la adecuada. Según Rovira, "el atrapamiento mortal fue inevitable" ya que lo que ocurrió aquella tarde fue "imprevisible" debido a las condiciones climatológicas "excepcionales