MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El abogado de la familia de Antonio Meño, quien se quedó en coma vigil hace 21 años por una presunta negligencia médica durante una rinoplastia, ha decidido renunciar a su defensa tras reparar "la injusticia" que supuso su proceso penal y civil hasta que el Tribunal Supremo acordase el pasado 17 de noviembre revocar todas las sentencias.
El letrado Luis Benetti ha explicado a Europa Press que el camino a recorrer de la familia debería estar ahora dirigido a ayudar a otras personas. "Mi misión era conseguir esto y ya se ha reparado la injusticia. Ahora, el camino de la familia es más fácil", ha manifestado.
Hace unas semanas, el Supremo anuló las sentencia dictadas en estos años y abrió la puerta a la posibilidad de un nuevo juicio. Sin embargo, la pretensión de la familia es negociar un acuerdo con las compañías aseguradoras. "La familia quiera dinero para que cuidar a Antonio. Ahora, queda una reclamación económica", ha añadido.
En una sentencia, el Supremo anuló las sentencias dictadas tanto en Primera como en Segunda Instancia y devolvió las actuaciones para que las partes hagan uso de su derecho según convenga el juicio correspondiente.
Ante la aparición de un nuevo testigo en la operación, concluyó que hubo "maquinación fraudulenta" en el proceso. El nuevo testigo es un médico que el 3 de julio de 1983, día de la operación, estuvo presente como aprendiz del cirujano y observó cómo el tubo de anestesia se desconectó, sin que el anestesista estuviera en la sala.
El Juzgado de Primera Instancia número once de Madrid condenó al anestesista de la intervención a indemnizar con un millón de euros a la familia, pero la Audiencia Provincial de Madrid revocó en apelación esta sentencia. La familia llevó el caso al Supremo, que les condenó a pagar 400.000 euros en costas procesales.
