MADRID 28 Feb. (EUROPA PESS) -
La vida de Angelo Amato, miembro de los cardenales italianos, tiene muchos puntos en común con la de Benedicto XVI: como el Papa saliente, es conocido dentro de la Iglesia como un "erudito" que ha dedicado gran parte de su trabajo a la enseñanza. Además, durante años trabajó estrechamente con Ratzinger dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y fue Benedicto XVI quien le proclamó cardenal en noviembre de 2010.
"Es un gran maestro, un erudito y un teólogo", ha señalado a Europa Press Mario Cimosa, de la congregación de los salesianos, profesor emérito de Sagrada Escritura. Cimosa, compañero y amigo de Amato, asegura que "por conocerle bien y estimarle mucho desde que eran jóvenes", no le ve como Papa, pese a las quinielas que le sitúan en ese puesto, precisamente por su vocación de teólogo y estudioso.
"El papel que tiene en la Congregación de los Santos es fundamental en la Iglesia de hoy y de mañana", ha subrayado. Fue el Papa Benedicto XVI el que, en 2008, nombró a Amato Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, encargada de estudiar la vida, obra y milagros de los santos. Para entonces, el futuro cardenal ya era reconocido por su obra teológica, especialmente en Cristología y Mariología, según señala Cimosa.
Nacido en 1938 en Molfetta, Italia, fue el primero de cuatro hermanos. De joven comenzó a estudiar para marinero, pero con 15 años decidió ingresar en el noviciado de los salesianos. Fue ordenado sacerdote en 1967, se licenció en Filosofía en la Universidad Pontificia Salesiana y se doctoró en teología por la Universidad Pontifica Gregoriana de Roma.
En diciembre de 2002 fue nombrado secretario de la Congregación de la Doctrina de la Fe, en donde coincidió con el futuro Papa y entonces prefecto de la congregación, el cardenal, Joseph Ratzinger. "Es un hombre un muy amable, reservado, inteligente, culto", señala Cimosa, quien también resalta la fe y la vocación por la oración del cardenal.
Hasta ahora, el cardenal, que en diciembre cumplirá 75 años, ha centrado su actividad en el estudio de la teología, según señala Cimosa, que reconoce que su intensa actividad en este campo no le ha dejado tiempo "para mucho más" y destaca la pasión de Amato por la enseñanza, especialmente a los jóvenes. "Desde la Congregación de los Santos ha hecho un esfuerzo notable y encomiable para combinar juntos teología y santidad", ha indicado.
Preguntado por si definiría al cardenal como "conservador", Cimosa asegura que se trata "de un hombre moderado", que quizás "tiende a ser conservador, pero de una manera equilibrada".