MADRID, 7 Mar. (EDIZIONES) -
Mareto es un niño autista de cuatro años que suma a su pasión por los trenes y los animales la fotografía de su día a día con la cámara réflex de su madre, una afición que surgió cuando tenía dos años y que ahora da sus frutos con algunas instantáneas propias de un adulto.
Así, podemos ver a su madre Lauren Casper preparar a su hermana pequeña para ir al colegio, la visita a su padre a la oficina o fotografías minimalistas de la alfombra de su habitación y sus juguetes.
Son composiciones espontáneas unidas a momentos rutinarios que se reflejan en estas imágenes.



Casper explica que "todo empezó con nuestros teléfonos y después con la pequeña tableta que recibió en Navidades que dice "¡queso y crackers!" cada vez que toma una foto con ella". Ahora, Casper vuelve a compartir en su blog las últimas instantáneas del pequeño, que retrata a su hermana a la luz de una persiana o a su madre riendo en la cocina.



"No sólo vimos florecer a nuestro pequeño fotógrado, también estamos recibiendo una visión única de la vida" además de que Mareto considera que merece la pena retratarse a sí mismo porque, ¡no podían faltar los 'selfies' en este pequeño fotógrafo!



