MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -
El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, ha alertado este viernes, durante la inauguración de un Seminario en Estambul con motivo del 1.700 aniversario del Edicto de Milán firmado por el emperador Constantino, de cambios o conductas que "destruyen los fundamentos de la sociedad" como "la falta de respeto al matrimonio" o la regulación de "pecados mortales" y de "condiciones que no son naturales".
"A pesar de las frecuentes y peligrosas reformas, que a veces destruyen los fundamentos mismos de la sociedad, como la falta de respeto a la institución sagrada de la familia y del matrimonio, el reconocimiento legal y la regulación de pecados mortales o condiciones no naturales, las instituciones estatales contemporáneas están profundamente impregnadas por el Evangelio de Jesucristo y la sangre de los mártires de la Iglesia", ha remarcado Bartolomé I.
Según ha explicado en este seminario organizado por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en cooperación con el Consejo Europeo de Conferencias Episcopales, que se celebra en Estambul desde este viernes hasta el sábado, el emperador Constantino estableció hace 1.700 años "los principios fundamentales en los que las sociedades modernas cristianas --y por extensión el mundo entero-- están basadas hoy en día".
En su discurso, el Patriarca Ecuménico ha recordado a los participantes que "los derechos humanos básicos por los que luchan todas las personas y sociedades, pero que son frecuentemente percibidos en un sentido de retribución que no se parece al espíritu del Evangelio o el cristianismo, comprenden valores espirituales que el Emperador Constantino instauró dentro del gobierno y la estructura de su imperio porque predijo que ese era el único modo de asegurar el progreso y preservar la paz".
Así, aunque Bartolomé I ha admitido que en el mundo moderno la humanidad "declara que no cree en Dios y que la hora de la cristiandad ha pasado", ha asegurado que "el cristianismo y la Verdad no solo no están pasados de moda, sino que han madurado".
"Esto es por lo que los cristianos no desesperan. Sabemos --ha dicho Bartolomé I-- que las personas cometen errores en sus juicios, pensamientos, programas, ideologías y consideraciones. Sin embargo, la Iglesia no. La Iglesia no desaparece ni siquiera cuando las naciones cristianas se disuelven, ni cuando la Iglesia vive y existe en cautiverio (a veces severo), ni cuando es perseguida. La Iglesia está en el mundo y sirve al mundo pero no es controlada por el mundo que es la razón por la que el mal no la afecta", ha remarcado.
A través de un mensaje del Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, el Papa Francisco ha enviado su "fraternales y mejores deseos" a Su Santidad Bartolomé I, subrayando que espera "el día en que las divisiones del segundo milenio sean definitivamente relegadas al pasado".
Además, el Papa llama a las autoridades civiles de todo el mundo, a la luz del histórico decreto de Constantino, a "respetar el derecho de los creyentes a adorar libremente y a expresar su fe en público" e invita a todos los ciudadanos europeos "a reconocer el rol que el Cristianismo ha jugado en la conformación de la cultura".