Un colegio pagará 1.000 euros a un niño porque le maltrataban

Actualizado: martes, 12 octubre 2010 23:25


BARCELONA, 12 Oct. (OTR/PRESS) -

Tras la clase de gimnasia, en el vestuario, apagaban la luz y le pegaban. Lo hicieron al menos en cuatro ocasiones. Ahora, los siete acusados, que ya son mayores de edad, han sido condenados a una amonestación, y uno de ellos a 40 horas de prestaciones sociales. El colegio, que se encuentra en Barcelona, deberá pagar una indemnización de 1.000 euros al escolar. La familia se vio obligada a sacar al niño del colegio cuando el joven explicó que le hacían 'bullying' y explicó que la tutora no creyó en un primer momento que la situación fuera grave. Uno de los acusados amenazó además al niño. La tutora se limitó entonces a pedirles que no "jugaran a ese juego".

La Audiencia de Barcelona ha condenado a un colegio religioso de Barcelona a pagar una indemnización de 1.000 euros a un escolar a quien siete de sus compañeros pegaban "collejas" en los vestuarios. Los hechos ocurrieron en 2005. Los siete condenados, ahora mayores de edad, han sido condenados penalmente a una amonestación y uno de ellos a 40 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad.

La sentencia explica que, tras la clase de gimnasia, los niños, que entonces tenían unos 15 años, aprovechaban que la luz del vestuario se apagaba automáticamente para pegar a la víctima. El 'juego' se repitió al menos en cuatro ocasiones. Todos los niños participaron pr igual, salvo uno de ellos, que solo lo hizo una vez.

UN PUÑETAZO

Uno de los no de los acusados, Y.M.P., en una ocasión, dio un puñetazo y una patada a la víctima. El 21 de noviembre de 2005 Y.M.P. le dijo a la víctima que era "un chivato". "Cuando salgamos del colegio a las 13.30 horas te meteré", le espetó, aunque no se presentó a la hora indicada. La Fiscalía y la acusación particular calificaron los hechos de un delito contra la integridad moral, aunque el Juzgado de Menores número 3 de Barcelona les condenó finalmente solo a una amonestación por cuatro faltas de maltrato sin causar lesión, y a Y.M.P. también por una falta de amenazas.

Pero la familia de la víctima interpuso un recurso porque no estaba conforme con la pena, y ahora ha sido desestimado por la Audiencia de Barcelona. "La condena --que ya es firme-- nos parece vergonzosa. Y más teniendo en cuenta que los mismos acusados explicaron lo que había pasado", apuntó la madre, que asegura que tuvieron que marcharse de Barcelona un tiempo para que su hijo se curara.

Según explicó la madre del niño, empezaron a notar que el menor estaba "extraño" y lo llevaron al hospital. "Nunca buscamos golpes, sino alguna enfermedad, porque decía que le dolía la barriga", explicó. La mujer aseguró que enseguida se dieron cuenta "de que los problemas llegaban a la hora de ir y volver del colegio". La madre, Rosa María M., llamó en varias ocasiones a la tutora, que le aseguró que "todo era normal".

El niño se puso muy violento en casa y un día se derrumbó, explicando a su madre que otros niños le hacían "bullying" y le pegaban tras la clase de gimnasia. Sin embargo, según ella, cuando se lo explicaron a la tutora, ésta no acabó de creérselo y a los pocos días convencieron al niño para volver al colegio.

Según la madre, la tutora reunió entonces a la víctima con varios de los acusados --uno de ellos, Y.P.M, no asistió a la reunión porque estaba expulsado por mal comportamiento-- y les pidió que no volvieran a "jugar a ese juego". A la víctima le pidió que no les "provocara". El niño expulsado volvió, y fue entonces cuando le amenazó con que le pegaría a la salida, hecho que desencadenó que la familia decidiera denunciar ante los Mossos d'Esquadra.

La madre asegura que el agente de los mossos que se encargó de la investigación recomendó a la familia no dejar que el niño saliera solo de casa y que, en caso de que no pudieran acompañarle, les avisaran. El niño dejó el colegio y a pesar de que desde el centro les avisaron de que el niño "no podía estar sin ir al colegio", no volvió hasta que pudieron cambiarlo a otro instituto.