El consejero canario de Medio Ambiente garantiza que el proyecto Tindaya pasará por rigurosos controles medioambientales

Europa Press Sociedad
Actualizado: jueves, 18 enero 2007 15:00

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 18 Ene. (EP/IP) -

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, se reunió hoy en Fuerteventura con los miembros de la Comisión de Seguimiento del Proyecto Monumental Montaña de Tindaya para analizar las distintas fases de ejecución del proyecto escultórico de Eduardo Chillida.

En el encuentro, en el que participaron el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, y el arquitecto estos trabajos, Lorenzo Fernández Ordóñez, quedó patente la importancia de garantizar la preservación integral y conjunta de los valores naturales y culturales de la emblemática montaña majorera tras la ejecución de las obras del mencionado proyecto.

Cabe destacar que el Gobierno autónomo, a instancias de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, acordó el pasado martes someter este proyecto a Evaluación de Impacto Ecológico, en la categoría de Impacto Ambiental.

Berriel se refirió durante su intervención a la última de las tres fases del proceso constructivo del 'Monumento a la Tolerancia' --que, según explicó Fernández Ordóñez, "se sitúa en la vanguardia de la ingeniería actual"--, la que tiene que ver con la redacción del plan de ejecución de las obras y del estudio de impacto ambiental.

Sobre esta cuestión, el consejero de Medio Ambiente dijo que el documento analizado en la reunión indica que el equipo medioambiental que ha participado en el Proyecto Monumental Montaña de Tindaya "ha aportado la imprescindible sensibilidad y el conocimiento del medio en el que se ubicará la escultura". Este equipo, asimismo, ha redactado los estudios de impacto ecológico para las diferentes actuaciones de investigación en la montaña y llevado a cabo la vigilancia medioambiental necesaria.

El plan arquitectónico, ingenieril y artístico pretende ejecutar una obra de arte integrada en un entorno singular. En la redacción de este proyecto de arte insólito se han tenido en cuenta varios principios fundamentales: se hará con un riguroso respeto medioambiental, la escultura mostrará la piedra vista de la montaña en su superficie y el sostenimiento de la infraestructura se integrará con la masa de roca de la montaña sin la introducción de ningún elemento que suplante a la misma.

Domingo Berriel, quien constató que la escultura diseñada por el artista vasco se hará con la máxima seguridad jurídica y administrativa, recordó que la realización del monumento contempla la recuperación paisajística de las zonas degradadas por las antiguas canteras para su adecuación al proyecto.

También prevé la realización de dos caminos de acceso para comunicar el Centro de Acogida de Visitantes, en el pueblo de Tindaya, con la entrada del espacio escultórico. A este respecto, Berriel explicó que "se ha ideado un doble acceso, separando el recorrido peatonal del rodado".

Para el primero, precisó, se recupera la senda natural de acceso a la montaña empleada desde antaño, que bordea la montaña por el oeste, y se aprovechan caminos existentes que rodean a Tindaya por el Este y Norte para crear uno diferenciado para vehículos, pensado para mantenimiento, emergencias, acceso de personas con movilidad reducida, etcétera.

Respecto a las otras dos fases del proyecto, la primera ha consistido en la realización de un estudio geológico, así como en la definición del alcance de la fase siguiente. En esta etapa de trabajo los expertos confirmaron que la escultura estará situada en un área de roca sana en buen estado, concluyendo que no había nada que indicara que su construcción no fuera viable.

En cuanto a la segunda fase, basada en la investigación de la montaña, incluyendo la perforación de sondeos y la realización en el lugar de ensayos para obtener parámetros geotécnicos del macizo rocoso y conocer su estructura interna, los estudios fueron satisfactorios desde el punto de vista del respeto medioambiental. Los informes correspondientes a esta etapa fueron analizados por el prestigioso ingeniero y científico Evert Hoek, que constató que las opciones estructurales propuestas en la iniciativa eran técnicamente viables.

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