Descubren en Lucena (Córdoba) la primera lápida judía aparecida en Andalucía en una estructura funeraria

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 11 junio 2007 19:48

LUCENA (CÓRDOBA), 11 (EUROPA PRESS)

Ha sido descubierta en Lucena (Córdoba) la primera lápida judía aparecida en Andalucía en una estructura funeraria, habiéndose producido tal hallazgo en el marco de la intervención arqueológica iniciada tras la aparición de una necrópolis durante la construcción de la Ronda Sur en dicha localidad, que ha confirmado así su carácter judío.

Según informó hoy a Europa Press el Ayuntamiento de Lucena a través de un comunicado, ha sido el equipo de investigación que trabaja en el dispositivo de vigilancia arqueológica preventiva, que se puso en marcha con motivo de la aparición de una necrópolis durante las obras de construcción de la citada Ronda Sur de Lucena, el que encontró una lápida funeraria judía, la segunda lápida judía aparecida en la provincia de Córdoba y la primera que se descubre con metodología científica y dentro de una estructura funeraria de toda Andalucía.

De hecho, la primera lápida judía hallada en la provincia de Córdoba también apareció en Lucena, en los años 50 del pasado siglo y fuera de un contexto arqueológico, como ahora ocurre con la presente investigación, que no ha impedido la continuidad de las obras de la Ronda Sur de Lucena.

El histórico hallazgo de la segunda lápida judía cordobesa ha sido dado a conocer hoy por la concejala de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Lucena, María José Lara, y por el director de la intervención arqueológica, José Antonio Riquelme, una vez conseguido el resultado de las dataciones absolutas, que se encargó al Centro de Instrumentación Científica de la Universidad de Granada y que han confirmado que el hallazgo se ha producido en el contexto de una necrópolis judía.

La lápida en cuestión fue hallada en la tumba 239 de dicha necrópolis e incluye una doble fosa, con piedras indicadoras del inicio de la fosa inferior, donde se ubica el difunto en hueco. La pieza fue localizada sobre un tablero de madera y travesaños de madera, a modo de estacas, usados como separación entre la fosa superior, rellena de tierra, y la inferior, en hueco. La lápida tiene unas dimensiones de 240 x 176 x 92 milímetros y presenta siete líneas de lectura en hebreo clásico.

El doctor en Filología Semítica y Secretario de la Sociedad Catalana de Estudios Hebraicos, Jordi Casanovas i Miró, participante en las últimas Jornadas de Patrimonio Ciudad de Lucena y considerado uno de los mayores expertos en la materia a nivel nacional, ya ha mostrado su disponibilidad para desplazarse a Lucena a estudiar la pieza.

Lara anunció que con este descubrimiento toma más fuerza la idea de crear un Centro de Interpretación del Mundo Judío en Lucena, como garantía para la conservación en la localidad de estos restos y su puesta en valor, como un recurso turístico y de desarrollo económico de primer orden en el municipio.

LA DATACIÓN

La investigación referida a la datación de la lápida y de la necrópolis en la que se halló, dirigida por la doctora Elena Villafranca Sánchez, ha dado como resultado un reducido periodo de ocupación de la parte del cementerio donde estaba la lápida, que sitúan las muestras entre los años 1000 y 1050, con un margen de error arriba o abajo de unos 60 años, en pleno periodo altomedieval.

Las dataciones realizadas, de las primeras que han aplicado un método radioactivo para un yacimiento de estas características y la primera de este tipo que se efectúa en Lucena, demuestran la importancia que tuvo dicha localidad del Sur de la provincia cordobesa en este periodo del final del Califato de Córdoba e inicio del periodo de los llamados reinos de taifas.

El estudio, sufragado íntegramente por el Ayuntamiento de Lucena al igual que el resto de gastos generados por la intervención, ha tomado como base tres muestras recogidas en tres de las 343 tumbas excavadas y ha puesto de manifiesto que los diferentes tipos de enterramientos encontrados responden a costumbres familiares o de grupos judíos más que a diferencias de cronología, como ocurre en otras juderías de Sefarad.

La primera muestra, extraída de la tumba número once, correspondiente a un tipo de enterramiento de doble fosa, ha sido datada en el año 1050, mientras que la muestra dos, extraída de la tumba número 26, correspondiente a un tipo de enterramiento de covacha o nicho lateral con tégulas romanas, ha sido datada en el año 1000. Finalmente, la muestra número tres, extraída de la tumba número 131, que se refiere a un enterramiento de doble fosa con grandes lajas de piedra, lo sitúa cronológicamente en el año 1020. La intervención, de la que sólo restan 60 tumbas por excavar, quedará culminada a finales de este mes.

Al respecto de todo ello, Lara destacó la importante apuesta hecha por la Delegación de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento lucentino, de cara a conservar e investigar estos restos, para lo que se han aplicado las últimas tecnologías en este campo de investigación, como la foto aérea, la teledetección, el dibujo y la topografía digitales, las indicadas dataciones absolutas, el análisis de alimentación de restos humanos efectuado por especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Zaidín de Granada, o el estudio antropológico, con análisis comparativos de edad, sexo o principales patologías, en el que han intervenido tres antropólogos físicos de forma permanente en el laboratorio instalado en el propio Museo Arqueológico y Etnográfico de Lucena.

Tampoco se escatimaron esfuerzos, según la edil, en materia de personal. El Ayuntamiento lucentino puso a disposición de la investigación ocho peones y dos arqueólogos de forma permanente, que también trabajarán en el futuro estudio de ADN que está previsto realizar para comparar los restos encontrados con la población actual.

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