MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal, el padre Juan Antonio Martínez Camino, señaló hoy que los sacerdotes vascos asesinados por el bando franquista no han sido beatificados este domingo en Roma, junto con las 498 personas declaradas mártires, porque "nadie ha introducido sus causas" para estudiar sus muertes.
En este sentido, afirmó que "no están incluidos ellos ni otros 8.000 sacerdotes" e indicó que "las causas de beatifación están abiertas a todo el que las quiera introducir", que pueden ser "congregaciones religiosas, asociaciones de fieles o familiares".
"En las causas no se pregunta ni se pone en consideración la ideología política de los posibles mártires", dijo Martínez Camino, que afirmó que "lo único que se investiga es cómo y por qué murieron, si murieron exclusivamente por amor a Jesucristo, por no traicionar su fe ante la violencia de sus verdugos".
Respecto a la beatificación de los 498 mártires el domingo en Roma, consideró que "han sido dos días luminosos en la plaza de San Pedro, en las calles de Roma, en San Pablo Extramuros, sobre todo de luminosidad interior del corazón y del alma". "Venimos reconfortados en la fe y en la fraternidad cristianas", aseveró.
Por otra parte, Martínez Camino negó, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, que el Gobierno tenga previsto modificar el Concordato con la Iglesia Católica. "El Gobierno nunca ha dicho eso, que yo sepa", aseguró, y señaló que "lo han dicho algunos grupos políticos dentro del partido que apoya el Gobierno", a pesar de que "el Gobierno siempre ha manifestado su voluntad de seguir adelante en el actual marco de relaciones, que se basan en unos acuerdos plenamente constitucionales aprobados por el Parlamento". "Nosotros tampoco", declaró en respuesta a si la Jerarquía eclesiástica tiene previsto modificar esos acuerdos, y añadió que "los acuerdos siempre se pueden revisar, se pueden mejorar, pero el Gobierno no ha manifestado su intención de hacerlo".
Martínez Camino afirmó que "la Iglesia no hace la guerra a nadie, y la Conferencia Episcopal no hace la guerra a nadie, menos al Gobierno legítimo de España". "Lo que quiere la Iglesia es poder ejercer su misión con plena libertad y con plena responsabilidad por el bien común de todos los españoles, y su instrumento es predicar el Evangelio de la fraternidad de los hombres como hijos del mismo Dios", afirmó. Según dijo, "las consecuencas prácticas que se derivan de la vida evangélica no coinciden con determinadas propuestas legales, y la Iglesia debe decir lo que favorece la verderdara dignidad humana y anunciar el Evangelio".
"El recuerdo del pasado debe estar movido siempre por el deseo de reconciliación y de mirar hacia adelante, hacia del bien de la sociedad, hacia el bien común del futuro, y la historia en cuanto tal hay que dejarla a los historiadores", señaló en referencia a la Ley de Memoria Histórica.