Memoria.- La Junta andaluza, dispuesta a estudiar la nueva documentación sobre la posible fosa de García Lorca

Retrato Federico García Lorca
EUROPA PRESS/FESTIVAL LA MANCHA
Actualizado: miércoles, 10 agosto 2011 16:53

GRANADA, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -

El delegado del Gobierno andaluz en funciones en Granada, Pedro Benzal, ha afirmado este miércoles que la Administración autonómica está dispuesta a "estudiar" la nueva documentación sobre la posible fosa que albergaría los restos del poeta Federico García Lorca con la que cuenta el investigador Miguel Caballero, que se apoya en un estudio del Colegio de Arqueólogos de Aragón.

En declaraciones a Europa Press, el delegado ha querido ser prudente a la hora de valorar las nuevas informaciones sobre el enterramiento, en el que también yacen los restos del maestro republicano Dióscoro Galindo, y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcoyas.

"Si se da el supuesto de que se nos entrega esa documentación, podríamos estudiarla", ha señalado Benzal, que no obstante ha considerado que aún es pronto para valorar el asunto. "Tenemos un decreto de lugares de memoria recientemente aprobado y una Ley de la Memoria Histórica. Una propuesta al respecto se puede estudiar", ha señalado.

Según ha recordado, es el Comisariado de la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, que dirige Juan Gallo, el encargado de dar respuesta a este tipo de asuntos. Sin embargo, según han indicado a Europa Press fuentes de la Consejería de Gobernación, por ahora no hay una respuesta prevista al respecto.

INVESTIGACIÓN DE MIGUEL CABALLERO

Según sostiene Miguel Caballero, que recientemente ha publicado el libro 'Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca' (La Esfera de los Libros), la fosa en la que supuestamente está enterrado el poeta se encuentra en el paraje conocido actualmente como el Caracolar, en lo que era el antiguo campo de instrucción situado entre Fuente Grande, en Alfacar, y el Barranco de Víznar, concretamente en el Pago del Peñón Colorado, a unos 400 metros en línea recta, hacia Víznar, del lugar que se excavó en 2009 en búsqueda de los restos de los que fueron fusilados junto a él.

Para hacer esa afirmación, Caballero ha investigado profundamente todo lo escrito hasta ahora por los distintos estudiosos de lo ocurrido en la madrugada del 17 de agosto de 1936, en algún lugar situado en la carretera que une Víznar y Alfacar. En su opinión, los testimonios más valiosos fueron los recogidos por el periodista Eduardo Molina Fajardo, falangista granadino que también ubicó el enterramiento en el mismo emplazamiento ahora señalado por Caballero.

Concretamente, el investigador considera clave lo que dijo a Molina Fajardo el capitán José María Nestares --jefe del sector de Víznar en 1936--, su hijo, Fernando Nestares, un agricultor de Alfacar que labraba terrenos cercanos al lugar de fusilamientos, el que fuera alcalde de Pulianas, Pedro Cuesta Hernández, y un quinto individuo que el periodista identifica con las iniciales A.M.F.

"Eran personas que nada o casi nada tenían que ver entre sí, y los testimonios son coincidentes. Todos apuntan al campo de instrucción", señala Miguel Caballero, que ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que en aquel lugar, cerca del entonces Cortijo Gazpacho --hoy conocido como Cortijo Pepino-- se cavaron pozos para la búsqueda de agua subterránea, y por ello, el enclave era idóneo para enterrar cuerpos.

FOSA DELIMITADA "PERFECTAMENTE"

Además, Caballero no sólo se basa en los testimonios que recogió Molina Fajardo, sino que ha encargado un estudio a un equipo de arqueólogos y geólogos de Aragón que han estudiado las depresiones del terreno y que han delimitado "perfectamente" el posible enterramiento en el lugar. Asimismo, según asegura el investigador, en cuestión de "un par de días" estos mismos arqueólogos podrían determinar la posible existencia de restos humanos mediante diversos mecanismos en esa zona, que forma parte de una propiedad privada, fuera del parque Federico García Lorca.

Para Caballero, fue un "error" la excavación que se hizo en 2009 en el interior del parque, donde Ian Gibson situó la fosa basándose en las afirmaciones del enterrador Manolo el Comunista, y considera que, para averiguar lo que realmente pasó deberían iniciarse de nuevo los trabajos y proceder a la exhumación de los restos del poeta. "Como investigador, a mí me gustaría saber cómo murió y las circunstancias de la muerte mediante un examen forense. Pero también entiendo que hay que respetar los deseos de la familia Lorca --que se ha opuesto en reiteradas ocasiones a la exhumación-. Son dos cosas difíciles de conciliar", reconoce el estudioso lorquiano.

En próximos días Caballero prevé poner a disposición del Comisario para la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, Juan Gallo, la documentación con la que cuenta, y pedirá permiso para seguir estudiando la zona ya que "en dos mañanas" puede averiguarse si hay o no restos humanos en el enclave, lo que costaría, según afirma, "apenas 3 ó 4.000 euros".