El obispo de Jerez lamenta que para algunos la Iglesia aparezca como la institución del 'no' y contra el progreso

Actualizado: sábado, 21 abril 2007 13:39

JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ), 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

El obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez (Cádiz), Juan del Río, afirmó que "estamos asistiendo al fenómeno de querer tener un cristianismo sin Iglesia" y que para algunos la Iglesia Católica aparece como la institución del 'no', "como un reducto del pasado que no se acomoda a los postulados de la modernidad y como un gran colectivo que va contra el progreso".

En una carta pastoral a la que tuvo acceso Europa Press, Del Río manifestó que "para resaltar esta caricatura, se sobredimensionarán los pecados de los miembros de la Iglesia y se relegará a un segundo plano, desconocido por ocultado, la inmensa vida de santidad, caridad y heroísmo que se da cada día en el más absoluto anonimato".

No obstante, señaló que otros tienen la impresión de que la Iglesia "está a punto de traicionar su especificidad, de venderse a la moda del tiempo y, de este modo, sumirlos en la confusión", lo cual define como "la desilusión del amante traicionado".

Según el obispo de Asidonia-Jerez, también existe en amplios sectores de la sociedad una instalación de "la dicotomía maniquea entre la Iglesia de base y la oficial, entre la Iglesia de los pobres y la del Vaticano, entre la Iglesia carismática y la ministerial".

En este sentido, manifestó que todas estas divisiones, "repletas de ideologías extrañas a la fe, son utilizadas por los enemigos de la Iglesia para ir en contra de su estructura sacramental y jerárquica". Asimismo, manifestó que "lo curioso es que, en ocasiones, algunos católicos entran en ese juego para ir contra la propia Madre".

Por ello, Del Río advirtió de que "puede suceder que, al igual que los corintios, también nosotros corramos el riesgo de dividir la Iglesia en una disputa de partidos: conservadores y progresistas, evangélicos y jerárquicos".

A juicio del obispo, "para no entrar en estas batallas" lo que se debe hacer es "tener claro que no hay fe verdadera en Cristo si se prescinde de la Iglesia", ya que "el ser cristiano católico no consiste en la elección de un programa que satisfaga o en la simpatía por un cenáculo de amigos".

En este sentido, recordó que "la fe es conversión, que me trasforma a mí y a mis gustos, mediante la adhesión a la persona de Cristo vivo en su Iglesia" y añadió que "por eso la Iglesia no es un club, ni un partido, ni tampoco una especie de estado paralelo religioso, sino el Cuerpo encarnado de Cristo en la historia".

Del Río recordó las palabras del Papa Benedicto XVI, que manifestó que "no necesitamos una Iglesia inventada por los hombres, producto de consensos y pactos. No es una Iglesia más humana la que nos salva, sino una Iglesia más divina, porque sólo entonces será también verdaderamente humana".