Premios.- El alcalde de Berlín defiende no cerrar los ojos ante las diferencias y hacer una política para todos

Actualizado: jueves, 22 octubre 2009 21:16

OVIEDO, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

El alcalde gobernador de la ciudad de Berlín, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2009, Klaus Wowereit, dijo hoy en Oviedo que no hay que cerrar los ojos ante las diferencias que persisten en la ciudad como consecuencia de décadas de división, si no hacer una política para todos, en la que las experiencias de unos y otros contribuyan a organizar el futuro de forma conjunta.

El socialdemócrata Wowereit, alcalde de Berlín desde 2001, dio hoy una rueda de prensa en el hotel de la Reconquista de Oviedo con motivo de la entrega, mañana, de los Premios Príncipe de Asturias en su vigésimo novena edición. Wowereit estuvo acompañado por Walter Momper, actual presidente del Parlamento de Berlín y alcalde de la ciudad cuando cayó el Muro en 1989 y por Eberhard Diepgen, alcalde de Berlín Occidental entre 1984 y 19889 y del unificado entre 1991 y 2001.

Wowereit se refirió al Premio como un reconocimiento al trabajo de quienes han gobernado Berlín en los últimos 20 años y se han esforzado en reconstruir y reunificar una ciudad que sufrió la separación artificial de un muro que dividía "a Alemania, a Europa y al mundo".

El regidor berlinés explicó que ni los habitantes de la ciudad que crecieron en la Alemania del Este, ni los que lo hicieron en la parte occidental olvidarán lo que supuso la división y aseguró que los resentimientos continúan. Sin embargo, destacó que de los 3,4 millones de habitantes que tiene hoy Berlín, aproximadamente un 1,7 son "nuevos" y desconocen, incluso, donde se localizaba el Muro.

Explicó que la revolución pacífica, que fue gestándose en países como Polonia, Hungría y la República Checa y que concluyó con el derribo del Muro, fue un proceso complicado en el que la colaboración ciudadana y la solidaridad internacional fueron imprescindibles.

A su entender, Berlín se enfrenta en la actualidad a problemas económicos heredados de los años de división. Comentó que tras la caída del Muro las empresas no eran competitivas y se perdieron muchos puestos de trabajo. Así, se refirió a la creación de puestos de trabajo como uno de los principales desafíos de cualquier gobierno municipal, junto a otros como la integración de la población inmigrante y el desarrollo urbanístico de algunos barrios y áreas de la ciudad. Al respecto se refirió a la zona donde se asentará el futuro aeropuerto internacional y en la que ya están empezando a desarrollarse proyectos tanto residenciales como industriales.

Por otra parte y frente a problemas como el desempleo, Wowereit destacó que la capital ya era muy rica en cultura y ciencia puesto que todo estaba duplicado e incluso triplicado, como consecuencia de la división de la ciudad. "En Berlín no necesitamos tres óperas y sin embargo las hay", ejemplificó.

Consideró que la ciudad está desde la caída del Muro está cambio permanente y, a diferencia de otras capitales europeas, tiene potencial para atraer a personas con un poder adquisitivo medio. "Permite a los jóvenes desarrollarse como personas y contribuir así al desarrollo de la urbe", subrayó.

Preguntado por qué hacía en el momento de la caída del Muro, el 9 de noviembre de 1989, recordó que se encontraba en casa con una jubilada del Este cuando un vecino le dijo que pusiese la televisión porque había caído el Muro. "Vi muy emocionado lo que estaba pasando; había manifestaciones, pero no pensábamos que podía ser una realidad", comentó.

"Al día siguiente, viernes, vi como desconocidos y familiares de uno y otro lado se abrazaban. Mi vida política y personal cambiaron muchísimo", señaló.

Por su parte, el alcalde de Berlín Occidental entre 1984 y 1989, Diepgen, narró que se subió en su coche, se fue hacia el Muro y atravesó la frontera para ir a la parte Oriental. Se cuestionó si había margen en la política alemana para una reunificación. "Ni siquiera los ciudadanos que se movilizaban creían en la reunificación", precisó.

El Muro de Berlín significó entre 1961 y 1989 la división física entre el Este de la ciudad, ocupado por las fuerzas de la Unión Soviética y sometido a un régimen comunista, y el Oeste, bajo el dominio de Gran Bretaña, Francia y estados Unidos. Su caída, tras la denominada revolución pacífica, contribuyó al restablecimiento del equilibrio entre Oriente y Occidente. Alemania fue reunificada oficialmente el 3 de octubre de 1990.

El jurado del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2009 decidió otorgar el galardón a la Ciudad de Berlín, en el XX Aniversario de la Caída del Muro, al considerar que simboliza a quienes lucharon de forma directa por superarlo y a los millones de ciudadanos que tras su caída han sido capaces de construir una sociedad abierta y un nudo de concordia en el corazón de Alemania y de Europa.