MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado en el Congreso de los Diputados, a través de un Proposición no de Ley, que estudie la situación de las personas trasplantadas y su grado de discapacidad, tras su aprobación en el plazo de seis meses, y con la participación del movimiento asociativo y de las comunidades autónomas.
Así, pide a la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad que se apruebe dicho estudio en el que, concretamente, se aborden los problemas derivados de la revisión de su grado de discapacidad tras el trasplante, y, en especial, el procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía.
Aparte, se inste a trasladar el citado estudio y sus conclusiones a la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados; y a adoptar las medidas necesarias para solucionar los problemas y disfunciones que se detecten en el citado estudio.
En la proposición, a la que ha tenido acceso Europa Press, recuerda que España debe "seguir avanzando" para que las personas trasplantadas "alcancen un desarrollo integral en su nueva vida, especialmente en lo referente a la reinserción laboral".
Ya que, aunque "el trasplante les permite vivir y con una calidad de vida muy superior a la situación previa", en muchos casos, "continúan siendo enfermos que dependen de un tratamiento crónico y de un seguimiento exhaustivo entre otras circunstancias".
En muchas ocasiones las personas trasplantadas requieren asistencia periódica hospitalaria para revisiones, así como un ambiente laboral adecuado que no suponga menoscabo y riesgo para su salud.
Además, recuerda que "pueden necesitar periodos de baja médica por enfermedades leves debido a que las defensas de su organismo disminuyen y se debilitan por el tratamiento de inmunodepresores, a lo que hay que sumar los efectos secundarios de dicho tratamiento".
Por ello, y porque que muchos de estos paciente han podido perder el grado de discapacidad que tenían concedido con anterioridad al trasplante, pese a que, en muchos casos, un paciente trasplantado siempre será un enfermo aunque su estado físico haya recuperado una gran funcionalidad.
"Es la sociedad la que debe de adaptar sus recursos (perspectiva social de la discapacidad) para poder llevar a la persona a una recuperación de la salud (concepción bio-psico-social propuesta por la OMS). De lo contrario, el sistema se quedaría anclado en un modelo rehabilitador de entender la discapacidad, y no atendería a la persona desde una perspectiva de los derechos humanos, como obliga nuestra Constitución y los tratados internacionales", explica.
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