Renuncia.- Expertos consideran la dimisión como un ejemplo de humildad e inteligencia para otros representantes públicos

Benedicto XVI abre la puerta a cubrir el vacío legal eclesiástico para cuando un Papa está impedido

Benedicto XVI Termina Su Visita A Madrid
EUROPA PRESS
Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 11 febrero 2013 20:07

MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El anuncio realizado este lunes por el Papa Benedicto XVI, que dejará su puesto como jefe de la Iglesia Católica el próximo 28 de febrero, es un gesto que los expertos en derecho eclesiástico consideran un "ejemplo" que podrían tomar otros dirigentes públicos, ya que es una muestra tanto de humildad como de inteligencia.

Así, el experto en Elección de Romano Pontífice, el profesor de la Universidad de Navarra Antonio Viana, ha valorado que el gesto sienta un precedente y es un ejemplo porque se trata de una decisión tomada con "honradez" y, "sobre todo por el bien común de la comunidad a la que se quiere servir y para la que ha sido elegido".

A su juicio, es una "sensación de alivio" observar cómo el Papa acusa el paso del tiempo y lo reconoce, ya que en la actualidad la vida humana se puede prolongar muchos años incluso en situaciones de incapacidad física o psíquica.

Respecto al Papa, ha elogiado a Benedicto XVI por su carácter "profundamente sencillo" y porque con su renuncia se comprueba que "es humilde y que no buscaba el aplauso" por lo que se reitra cuando las fuerzas no le responden. "A veces, en las altas instancias del ejercicio de un cargo, a algunos dirigentes el cargo les lleva a perder de vista la función que tiene y para la que fue elegido. Esto vale para cualquier cargo", ha manifestado.

Además, ha añadido que Joseph Ratzinger, con su decisión, está dando un "impulso" a que se elabore una legislación eclesiástica que está pendiente y que se llama 'Procedimiento de sede impedida' y cuyo objetivo será establecer por ley el procedimiento a seguir cuando un Pontífice ya no pueda ejercer su función. "Este podría ser un precedente para la Iglesia. Parece que el Papa se anticipa a los tiempos. El desarrollo de ese procedimiento sería bienvenido", ha concluido.

Sobre la juventud a la hora de elegir Pontífice, Viana reconoce que al Papado se llega, normalmente con una edad avanzada ya que, lo habitual es que se elija entre los cardenales. Para ello, antes hay que llevar "muchos años de servicio a la Iglesia" y ser Obispo, algo que no se produce antes de los 35 años de edad.

Por su parte, el profesor de Derecho Eclesiástico de la Universidad San Pablo CEU, Alfredo García Gárate, la renuncia de Benedicto XVI es "un ejemplo y un acto de inteligencia y generosidad", y a que se ha dado cuenta de que le han superado las exigencias del cargo.

VACÍO LEGAL

Sin embargo, en su opinión, este hecho no tiene por qué condicionar a otros Pontífices posibles ni en el futuro nombramiento. En este contexto, ha señalado de que Papas muy jóvenes que pueden desempeñar una mayor labor en el Magisterio de la Iglesia, al tiempo que puede haber Pontificados muy largos que podrían entorpecer la renovación interna de la Iglesia.

Igualmente, valora que la Iglesia debería contar con una legislación más detallada para estos casos ya que, aunque hay normas para cuando el puesto está vacante, esto es para casos de fallecimiento y no por renuncia.

Sobre el legado de Benedicto XVI, ha valorado que "este Papa dejará su impronta, aunque sólo sea por el mismo hecho de su renuncia", pero también porque ha fomentado el diálogo inter-religioso y por la "talla humana que demuestra manifestando su renuncia". "Este es un elemento máximo determinante para la cristiandad y también esto es un ejemplo para las autoridades políticas", ha apostillado.

Por otro lado, sobre el periodo litúrgico en el que se celebrará la elección de un nuevo Papa, García Gárate estima que se podrá conocer al nuevo Pontífice en torno al 15 o el 20 marzo, lo que significa que la elección se realizará durante la Cuaresma, que es un periodo para rezar más y una época de mayor fortaleza. "Este es un buen momento para elegir Papa. Se podrá conocer en Semana Santa", ha concluido.

ALCANCE HISTÓRICO

En la misma línea, el teólogo gallego Andrés Torres Queiruga ve "una noticia excepcional" en la renuncia del Papa Benedicto XVI, a punto de cumplir los 86 años de edad, y destaca el "alcance histórico" de este gesto "humanísimo" que cree que "le honra" y contribuye a "normalizar algo que debería ser normal".

"No era normal pensar que un Papa no puede dimitir. ¿Por qué no? Un papa tiene un servicio dentro de la Iglesia. Cuando por lo que sea no puede hacer ese servicio, es normal que renuncie", ha argumentado en una entrevista concedida a Europa Press Torres Queiruga, quien cree que este paso tendrá "una enorme trascendencia".

Este teólogo no se muestra excesivamente extrañado por el paso anunciado este lunes por Benedicto XVI, sino que suma esta decisión a la propia "identidad" de este pontífice, "el único que en la parte moderna de la historia" ha compaginado el papado con la escritura de teología.

Asimismo, ha resaltado que su renuncia se produce "por motivos muy normales, muy humanos", como son "la edad y la salud" y no por las propias intrigas vividas en el Vaticano en los últimos tiempos, de forma que establece diferencias con el precedente histórico de otro papa que renunció, Celestino V, a finales del siglo XIII, quien estuvo en el papado "muy poco tiempo".

DEMOCRATIZACIÓN

Para Torres Queiruga, la renuncia de Benedicto XVI representa, además, "la puerta del futuro", porque cree que podría empezar a abrir la posibilidad de acometer "la democratización" de la Iglesia, de forma que los cargos empiecen "por fin" a ser "electivos y temporales".

Al respecto, el teólogo gallego plantea la necesidad de que los cargos altos en la Iglesia, "los que son muy importantes para su gobierno", se ejerzan "por un tiempo", como se hace en las órdenes religiosas "desde antes que en la política secular".

A su juicio, cargos como un papa o un obispo deberían ser elegidos "por un período de 10, 15, 10 años y luego volver a la base eclesial", lo cual cree que "sería muy beneficioso para la pastoral de la iglesia". "La fe tiene que actualizar su comprensión, se tiene que ir adaptando a las posibilidades nuevas de los tiempos", ha argumentado.

"Esto tardará, pero es un desideratum mío en favor de que el evangelio y la palabra de Dios tiene que ser viva para hablarle continuamente a los hombres y las mujeres del propio tiempo", ha expuesto para destacar que pasos como el dado por Benedicto XVI tienen una "enorme trascendencia".

RETOS DEL NUEVO PAPA

Respecto a las opciones de que haya un pontífice español, Torres Queiruga es escéptico, aunque rechaza hacer profecías porque "nadie en el mundo puede adivinar ahora mismo quién va a ser el próximo papa". "En este momento pienso que no habrá un papa español, pero no hay nada imposible", señala.

En cualquier caso, sobre los retos del próximo pontífice, Torres Queiruga ha apostado por que "retome el impulso de Juan XXIII e intente llevar a la Iglesia adelante con su espíritu profético" y "su compromiso sobre todo con los pobres del mundo", máxime en estos momentos de "crisis económica tan fuerte".

"No fueron papas de abrir futuro, sino de tranquilizar, de dar estabilidad la Iglesia", ha expuesto el teólogo, quien aboga por que el próximo sumo pontífice asuma una nueva era. "Ahora pienso que entramos en una etapa que es necesario volver a abrir el dinamismo que se había abierto con Juan XXIII en el Concilio Vaticano II", concluye.

Contenido patrocinado