Robert Sarah, guineano, de "obispo niño" a "coordinador de la caridad de la Iglesia"

Actualizado: miércoles, 27 febrero 2013 20:21


MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El cardenal Robert Sarah, de 67 años, es originario de Guinea, en la zona occidental del continente Africano, actualmente tiene 67 años y es uno de los candidatos a convertirse en el primer Papa de raza negra, como sucesor de Benedicto XVI.

Fue ordenado obispo a los 35 años por Juan Pablo II, quien le otorgó el sobrenombre de "obispo niño", y cardenal por Benedicto XVI en 2010 que le encomendó también la presidencia de del Pontificio Consejo Cor Unum, dedicado a la promoción de la fraternidad humana, la organización de campañas de ayuda humanitaria ante eventuales desastres y la coordinación de las organizaciones caritativas de la Iglesia católica. Es además arzobispo emérito de Conakry, en su país de origen.

Su labor como presidente del consejo ha sido la de "asistir a los más necesitados en representación del Papa", según explica el director del Colegio Mayor Echalar, en Pamplona, Enrique Borda; que ha coincidido con él en varias ocasiones, entre ellas durante un curso de verano en la Universidad de Navarra (UNAV) en 2010. Ese mismo año Sarah fue creado cardenal por Benedicto XVI, quien le encomendó la presidencia de Cor Unum.

Nació en 1945 como único hijo de una familia profundamente católica en un país donde solamente el 8 por ciento de la población practica el catolicismo y donde un 85 por ciento pertenece a la religión islámica. Abandonó su país a los doce años para estudiar en el seminario menor de Bingerville (Costa de Marfil) pero volvió años más tarde a su país para completar sus estudios. Sarah tuvo que esperar a que se construyera un nuevo seminario, dado que el Gobierno del país había nacionalizado todas las escuelas.

Habla con fluidez el francés, el inglés y el italiano y ha realizado estudios de teología en Nancy (Francia), Senegal y Roma, además de haber obtenido la licenciatura de Sagradas Escrituras en Jerusalem. También ha estudiado español durante su estancia en Navarra el verano de 2010.

Fue ordenado sacerdote en Conakry a los 24 años y continuó sus estudios hasta que, a los 29, le fue encomendada la parroquia de Boké, en la frontera del país con Guinea Bissau. Fueron años de duro trabajo debido a que pronto tuvo que repartir su tiempo entre su parroquia y las de Katako, Koundara y Ourous, en el mismo país, alguna de ellas a más de 350 kilómetros de Boké.

Su "capacidad de trabajo y seriedad" es una de las características que más destacan en él, según Borda, junto con su "cercanía, sencillez y profunda humildad". También señala que "se ve mucho por qué es él quien tiene la tarea de dirigir la caridad de parte del Papa" y que "quiere que la caridad en la Iglesia se haga seriamente" y "dándole al prójimo algo más que dinero".

COMPRENDE MEJOR LA POBREZA

En este sentido, recuerda una anécdota que Sarah le contó de cuando Benedicto XVI le encomendó la tarea de presidir el Pontificio Consejo Cor Unum. Según Borda, cuando Sarah le preguntó al Papa por qué le había elegido a él, Benedicto XVI le contestó "que le había elegido porque era africano y que por este motivo comprendía y conocía lo que es la pobreza y tendría una sensibilidad mas alta que otro para acoger al hombre necesitado", aunque reconoce que la cita no es textual.

Tras su periodo como párroco en Guinea, sus marcadas dotes para la docencia le facilitaron el nombramiento como rector del seminario menor de Kindia (en el mismo país), cargo que desempeñó con mucho gusto y que tuvo que dejar muy a su pesar al ser nombrado arzobispo de Conakry por Juan Pablo II, a la edad de 35 años. Sarah era el prelado más joven del mundo en el momento de su elección.

Pronto se multiplicaron los encargos a los que tenía que atender al ser nombrado también administrador apostólico de Kankan, presidente de la Conferencia Episcopal de Guinea y presidente de la Conferencia Episcopal de los países africanos de habla francesa. Asimismo, ostentó la presidencia del Centro Bíblico de África y Madagascar y participó como consultor en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de la que, en 2001, Juan Pablo II le nombró secretario y en la que desempeñaría su labor hasta el 2010.

Durante sus años de trabajo en Guinea, Sarah destacó por su férrea defensa de los derechos del pueblo africano y por sus críticas severas al "África que se vende al mejor postor", según explica la página del colegio cardenalicio. Destacó de forma especial en septiembre de 2010, meses antes de accedes al cardenalato, por su crítica al entonces dictador libio, Muammar Gaddafi, tras haber hecho este un llamamiento a toda Europa para que se convirtiera al Islam. Según Shara, "Hablar de la conversión de todo el continente europeo al Islam no tiene ningún sentido porque es el pueblo por sí solo quien decide conscientemente ser cristiano, musulmán o seguir otras religiones".

En cuanto a su salud, el director del Colegio Mayor Echalar señala que "da la impresión de ser una persona que está bien" aunque destaca que es "muy parco en el comer, sin caprichos ni gustos especiales y que domina bien sus tendencias" y añade que "es como un hombre sacrificado".