La tradición del roscón "disfruta de una salud envidiable", según el responsable del horno San Onofre

Actualizado: sábado, 6 enero 2007 21:08


MADRID, 6 Ene. (EUROPA PRESS) -

Dicen que Felipe V, nieto del rey sol, mandó a su cocinero hacer un postre especial y meter en él un doblón de oro y una haba y servirlo a los duques de su reino, de modo que al duque que le tocara el doblón disfrutaría un año de buenas cosechas, mientras que al que le tocara el haba, pasaría un año de penurias.

Hoy, muchos años después, el haba y el doblón han sido sustituidas por figuritas de plástico, pero el consumo de roscones se ha popularizado en España hasta tal punto que, como señala el responsable del horno de San Onofre, Daniel Guerrero, "rara es la casa en donde no hay uno o dos roscones".

El negocio del roscón está, en realidad, muy limitado a una semana, la de reyes, pero son unos días en las que las pastelerías especializadas en roscones no paran. "Estos días podemos llegar a vender alrededor de 3.000 roscones por tienda. La tradición del roscón disfruta de una salud envidiable", comenta Guerrero, cuya pastelería fue una de las primeras en comercializar en Madrid este tipo de postres.

Para él, el secreto para elaborar un buen roscón es tan simple como usar una "buena" y "fresca" materia prima y saber manipular la masa. "Un roscón es como una buena merluza fresca: está estupenda hoy, mañana no tanto y pasado no vale gran cosa", explicó el pastelero.

Aunque Guerrero y su familia hayan estado trabajando estos días como locos intentando despachar a la gente que hace cola enfrente del horno, para ellos el trabajo empezó desde mucho antes. "Esto es una historia que empieza a montarse en Septiembre", aseguró, para añadir que también "hay que separar la harina para que repose", comprar las figuras. Por ello, no dudó en afirmar que es un proceso que "lleva su intríngulis".

CLIENTES DESDE TOLEDO

Desde ayer por la tarde, la gente aguardaba durante horas en la calle de San Onofre que da nombre a este horno con cerca de un siglo de antigüedad a que llegase su turno para hacerse con un roscón. "Todos los años vengo a por el roscón aquí desde Toledo. Tenemos ya como tradición comernos el roscón del horno de San Onofre", explicó uno de los que aguardaban, José María Peña.

Otra de las clientas que aguardaban la vez, Ruma se mostró convencida de que "no hay" otro como el roscón de San Onofre. "Estos son los mejores Reyes, ni ropa ni nada, lo mejor es endulzarse el cuerpo", dijo.