MELILLA 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Melilla, María Antonia Garbín (PP), lamentó hoy que un niño marroquí de unos tres años que presenta una grave discapacidad fue abandonado por sus padres en el Hospital Comarcal de la ciudad, el quinto caso de estas características en poco más de un año.
En declaraciones a los periodistas, la titular de Bienestar Social explicó que los responsables del Hospital Comarcal avisaron el pasado viernes a la Policía Local y a los Servicios de Protección de Menores del abandono en una de sus salas de un niño marroquí de entre tres y cuatro años de edad que había sido ingresado para atender una urgencia médica.
Así, explicó que los progenitores del menor se habían marchado sin dar ninguna explicación. "Los padres no dejaron ninguna documentación del niño, que sabemos padece una grave discapacidad pero que hay que concretar si es física, psíquica o sensorial, y ya lo hemos trasladado al Centro Asistencial", comentó Garbín.
"El tema es gravísimo y volvemos a hablar de un asunto que viene siendo desgraciadamente algo habitual", y es que contando este niño, son ya cinco los menores con discapacidad abandonados en los últimos 15 meses.
La consejera manifestó que si se tratase de casos de menores o familias españoles, podrían actuar, pero "nos vemos impotentes, atados de pies y manos, porque son familias marroquíes que actúan impunemente y no podemos actuar ni intervenir en Marruecos".
Por otra parte, Garbín también aprovechó para responder a la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y recordarle que si Melilla no ha aceptado a menores subsaharianos acogidos en Canarias es porque los centros melillenses están saturados.
La consejera respondió así a las manifestaciones de Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Inmigración, quién criticó que comunidades como la de Melilla, Madrid o La Rioja, hayan "incumplido" el acuerdo de colaboración existente con las Islas Canarias, por el que el Gobierno central se comprometa a derivar a otras autonomías parte de los menores extranjeros que llegan a las islas.
Al respecto, Garbín explicó que en la última reunión de Política de Inmigración, en la que se habló de este acuerdo, Melilla mostró su solidaridad con Canarias, pero también hizo patente que con la saturación de los centros melillenses, difícilmente podían ofertarse plazas. "Es de sentido común", apostilló Garbín, y es que "no se entendería que una ciudad que tiene las plazas sobrepasadas acogiera a menores subsaharianos llegados a Canarias".