MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COPM), Fernando Chacón, afirmó hoy que es fundamental que los familiares de las víctimas del accidente aéreo de ayer en el Aeropuerto de Barajas "intenten recuperar una cierta normalidad en su vida lo antes posible", ya que "hay que tratar de no caer en el abandono de uno mismo".
A su juicio, se debe evitar que se produzca una sensación de duelo "agudo" o "patológico" que se alargue en el tiempo. "En estos casos los familiares pasan años recordando día a día, permanentemente, al familiar muerto de manera que se interrumpe su vida e interfiere en sus relaciones personales", explicó a Europa Press.
Ante esta situación, le presidente del COPM aconseja aferrarse a los familiares que aún siguen vivos, y recordar que "la vida también tiene sentido sin esa persona"; aunque advirtió de que en estos casos, antes de caer en una depresión, se debe tratar de buscar un apoyo especializado.
No obstante, esta reacción no es la más común. Tras el accidente y hasta llegar al duelo los familiares pasarán por diferentes fases que, gracias al apoyo de los psicólogos, irán conociendo de antemano. "Es importante que la familia sepa que pasos son los qué se van a dar, y cuáles son las fases que van a vivir porque eso les permite controlar más la situación", explicó.
En estos momentos los familiares que se encuentran en IFEMA ya han pasado la fase inicial de todo duelo: la negación, "cuando se intentan agarrar a un clavo ardiendo manteniendo la última esperanza". Las siguientes fases son: la ira, "en la que el familiar se pregunta el por qué le tiene que ocurrir a él"; le sigue la fase de pérdida, que "podría considerarse depresión y es cuando aumentan los sentimientos negativos", y, finalmente, la fase de aceptación. "Este proceso, que es el normal, puede durar un par de meses en el que los familiares estarán muy afectados", advirtió.
"LA MUERTE DE UN SER QUERIDO NO SE OLVIDA"
Sin embargo, explicó que en psicología no hay una "verdad absoluta" en lo que se refiere a la forma de reaccionar, ya que dependerá de multitud de factores como las posibles creencias religiosas, la estructura familiar, los antecedentes de depresión, una actitud positiva de la vida, los recursos personales de cada uno, etc.
"La muerte de un ser querido tiene un impacto que no se olvida nunca y su recuerdo nunca va a pasar; la intensidad del sufrimiento es lo que va a variar, aunque ese sufrimiento lo van a tener siempre los familiares", añadió.
En cuanto a cómo deben reaccionar los profesionales, Chacón explicó que su actuación debe ser la misma que ante cualquier otro tipo de muerte repentina, ya que "el proceso es relativamente similar al de cualquier familiar al que se le muere alguien cercano inesperadamente".
En su opinión, en estos casos el efecto sobre los familiares vendrá determinado por lo "imprevisto y repentino" de la muerte, ya que en estos casos nadie se ha podido despedir de sus seres queridos, "y eso hace que el duelo sea más laboriosos y el impacto mayor".
"NO HAY QUE REPRIMIR EL DOLOR"
En estos momentos, los psicólogos que se encuentran en el recinto ferial están sobre todo acompañando a los familiares. "Hay gente a la que no le importa compartir sus sentimientos y hay gente que prefiere no hacerlo, entonces lo primero que hacen es el acompañamiento, están allí y escuchan".
Durante el acompañamiento, los profesionales tratar de ayudar en lo que se conoce como "ventilación emocional", que es la manera en la que cada uno expresa su dolor. "La cuestión es que la gente no reprima su dolor y si quiere llorar que lo haga sin pensar el qué dirán, ya que esa expresividad emocional es positiva", añadió.
Aunque, otra de la funciones de los psicólogos es ayudar a canalizar esa expresión emocional ya que "una reacción exagerada a veces puede llevar a un cierto descontrol, por tanto es bueno contener el exceso".