Acusado de matar de 21 puñaladas a su exnovia: "Jamás quise matarla"

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 28 junio 2013 18:17

SEVILLA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un jurado popular ha declarado culpable por unanimidad de un delito de asesinato a Francisco Javier S.C., el hombre acusado de matar de 21 puñaladas a su expareja sentimental en Lora del Río (Sevilla) cuando ésta se disponía a coger el tren de cercanías junto con sus amigas para trasladarse hasta la capital hispalense.

En un veredicto hecho público cerca de las 14,00 horas en la Audiencia Provincial de Sevilla, el jurado ha considerado culpable al acusado, quien en su declaración durante el juicio admitió haber apuñalado a su expareja "cegado" por los celos, aunque dijo que "la quería mucho" y que "su intención no era matarla".

Una vez conocida la decisión del jurado, la Fiscalía y la acusación ejercida por la Junta de Andalucía han solicitado 23 años de cárcel para el acusado, mientras que el abogado del Estado ha pedido un total de 22 años y seis meses de prisión.

De su lado, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la familia, César Murillo, ha pedido para el acusado 25 años de cárcel y, en declaraciones a Europa Press, se ha mostrado "plenamente satisfecho" tanto con el desarrollo del juicio como con el veredicto hecho público por el jurado.

Por su parte, la abogada que ejerce la defensa del imputado ha interesado la mínima pena legalmente posible.

21 "NAVAJAZOS"

El jurado ha considerado probado por unanimidad que los hechos tuvieron lugar la noche del 17 de septiembre de 2011, cuando el acusado, "con ánimo de acabar con la vida" de la víctima, le asestó 21 "navajazos" que le provocaron la muerte.

A juicio del jurado, el imputado impidió "cualquier posibilidad de defensa" por parte de su expareja al atacarla de forma "súbita y sorpresiva" con un arma blanca con la que le propinó hasta 21 puñaladas, por lo que "aumentó deliberada e inhumanamente su dolor" al atacarle en zonas no vitales.

El jurado ha visto probado que víctima y agresor habían mantenido una relación sentimental previa con convivencia y también que el acusado confesó los hechos y se entregó a la Guardia Civil, pues "no ha quedado acreditado que tuviera conocimiento de que estaba siendo buscado" cuando se puso en contacto con la Benemérita.

NO AL INDULTO

Por el contrario, ha considerado no probado que el procesado sufriera en el momento de los hechos trastorno mental alguno provocado por "el estado de conmoción" derivado de "la ruptura unilateral de la relación" por parte de la fallecida y su actitud "despreciativa", pues además su conducta respecto al imputado "fue normal" siempre.

El jurado se ha mostrado contrario por unanimidad a que se pueda solicitar al Gobierno la concesión del indulto al acusado.

Durante la primera sesión del juicio, el imputado relató que, tras comenzar la relación en 2002, la víctima decidió romper con él en julio de 2011, una ruptura que el acusado "no aceptaba" y a consecuencia de la cual se sentía "angustiado y muy triste".

En este sentido, indicó que el día 17 de septiembre de 2011 se encontraba paseando a su perra cuando, en un momento dado, pasó por su lado un vehículo en el que viajaba su expareja junto a varias amigas, tras lo que observó cómo lo aparcaban en las proximidades, por lo que decidió volver a su casa y coger una de las navajas que coleccionaba con el objetivo de "pincharle las ruedas".

"JAMÁS QUISO MATARLA"

El imputado explicó que, cuando llegó a las proximidades del coche de su exnovia, vio a varias personas cerca, por lo que decidió no pincharle las ruedas, pero en el camino de vuelta se cruzó con la víctima, que "iba con una minifalda", por lo que "pensó que se iba con otro hombre" y se "cegó", sacando la navaja y clavándosela.

El acusado aseguró que, a partir de ese momento, no se acuerda "de nada", ni siquiera de cuántas puñaladas le propinó ni en qué zonas del cuerpo lo hizo, ya que "estaba cegado".

El procesado señaló que, posteriormente, se trasladó hasta la vivienda de su hermano, al que le dijo que había "pinchado" a su exnovia "pero que no se acordaba de nada", tras lo que llamó a la Guardia Civil y le confesó los mismos hechos que a su hermano, entregándose posteriormente en el cuartel.

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