TERUEL, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las siete personas detenidas en el marco de la operación Salero como presuntas autoras de numerosos robos cometidos en entidades bancarias, viviendas y empresas de varias provincias españolas, entre ellas, Teruel, actuaron durante los meses de agosto y septiembre en las localidades turolenses de Alcalá de la Selva, Albarracín, Sarrión y Gea de Albarracín, informa la Delegación del Gobierno en Aragón.
Las siete personas --seis rumanas y una española-- integraban una banda desmantela por la Guardia Civil autora de numerosos robos en las provincias de Valencia, Castellón, Soria, Albacete, Teruel, Burgos, La Rioja y Jaén. Los detenidos son A.M. de 27 años; S.C. de 35; V.S. de 27; D.A. de 25; M.I. de 31, y I.H. de 28 años, todos ellos de nacionalidad rumana, así como al ciudadano español, M.IC.M., de 31 años.
Igualmente, se ha procedido a la incautación de distintas herramientas industriales empleadas en el robo, siete vehículos sustraídos, más de mil efectos robados --pantallas de plasma, ordenadores, cámaras fotográficas, entre otras cosas--, 7.300 euros en metálico y un rifle con su correspondiente munición.
La operación se inició seis meses atrás cuando la Guardia Civil detectó un incremento de robos con fuerza en cajeros de entidades bancarias y empresas ubicadas en pequeñas localidades de las provincias de Burgos, Soria y La Rioja, informan desde el Ministerio del Interior.
A través de diversas vías de investigación, se determinó que los posibles autores de los robos pudieran ser ciudadanos rumanos que, tras cometer los hechos delictivos, abandonaron su residencia en la provincia de Burgos, estableciéndola en Valencia.
Durante el operativo desarrollado se han practicado cuatro registros domiciliarios en Valencia y Burgos y se han localizado tres zulos en las inmediaciones de Valencia-capital, donde los autores, tras cometer los robos ocultaban el botín obtenido.
Las investigaciones de la Guardia Civil han permitido determinar que los ahora detenidos, después de efectuar un reconocimiento previo del lugar elegido para la comisión del robo --vías de acceso y fuga, posible vigilancia policial, sistemas de alarma--, planificaban el mismo y posteriormente, a bordo de vehículos de gran cilindrada sustraídos, se desplazaban de nuevo al lugar para cometer el robo.
Aprovechaban las horas nocturnas para acceder a los locales y entidades bancarias utilizando herramientas industriales adecuadas a las características de los accesos elegidos y tras inutilizar los sistemas de alarma.
Tras localizar la caja fuerte la forzaban 'in situ 'o bien, según sus posibilidades, la extraían de su lugar natural utilizando una carretilla elevadora, trasladándola a sus instalaciones para su apertura.
