Una banda albano-kosovar desmantelada por la Ertzaintza habría cometido un centenar de robos en todo el norte peninsular

BILBAO, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

Una banda de delincuentes albano-kosovares, que ha sido desmantelada durante el pasado fin de semana por la Ertzaintza en la Margen Izquierda de Bilbao, habría cometido robos en numerosos polígonos industriales del norte peninsular, según se desprende de las investigaciones de la Ertzaintza, que aún continúan tras su desarticulación.

El grupo, integrado por cinco hombres de origen albano-kosovar y una mujer de nacionalidad rumana, utilizaba como bases de operaciones varios pisos alquilados en Portugalete y Santurtzi, pero se desplazaba para cometer los robos hasta provincias tan alejadas como Valladolid, llegando a recorrer distancias de hasta 1.000 kilómetros para cometer sus delitos. Para moverse por el Estado, los detenidos utilizaban diferentes documentos de identidad falsificados.

La operación de la Ertzaintza para desmantelar este grupo delictivo se inició hace varios meses, fruto de las medidas de la Policía vasca para atajar este tipo de delincuencia al detectarse un incremento de robos en polígonos industriales del País Vasco.

Las investigaciones permitieron establecer la existencia de este grupo concreto, que operaba desde territorio vizcaíno, pero que actuaba también en otras provincias, habiendo perpetrado un importante número de robos en empresas situadas en polígonos industriales.

Tras localizar al grupo y comprobar que éste operaba desde varias viviendas alquiladas, dos en Santurtzi y una tercera en Portugalete, la Ertzaintza preparó un operativo para su captura durante la noche del pasado viernes.

Los seis integrantes del grupo, todos ellos con edades entre 25 y 35 años, fueron localizados y arrestados en el entorno de los inmuebles, salvo uno de ellos que consiguió huir en un primer momento saltando por los tejados, pero que fue detenido esa misma noche cuando trataba de tomar un taxi en Ugaldebieta para dirigirse hacia Cantabria.

Tras las detenciones, la Ertzaintza localizó los coches utilizados por la banda, uno de ellos robado en la localidad asturiana de Llanes y dos más alquilados en otros lugares del Estado. En el interior de los vehículos y en el posterior registro de los inmuebles, la Policía vasca localizó tanto objetos sustraídos de empresas como el propio material utilizado por los miembros de la banda para perpetrar sus delitos.

Entre lo sustraído se encuentran 30.000 euros en efectivo, varios ordenadores portátiles, teléfonos móviles, cámaras de video y objetos diversos, entre ellos un importante número de series de lotería completas sustraídas el pasado mes de noviembre de la caja fuerte de una empresa de Burgos.

Junto a los objetos robados los ertzainas localizaron también las herramientas utilizadas por la banda para cometer los robos, entre ellos una taladradora de gran tamaño, mazas, barras, cortadoras de metal y otros utensilios usados para forzar el paso de manera violenta al interior de las empresas.

Los agentes también encontraron inhibidores de frecuencia destinados a neutralizar las alarmas de los polígonos y los radiotransmisores usados por los componentes de la banda para comunicarse entre ellos durante los robos. Igualmente, a los arrestados se les incautaron los documentos de identidad falsos que utilizaban para residir y moverse por el Estado.

Los seis detenidos, uno de los cuales posee una requisitoria de Schenghen, han sido puestos por la Ertzaintza a disposición judicial junto con los objetos decomisados. Mientras tanto, la investigación de la Ertzaintza continúa para determinar el total de empresas que habrían sido objeto de robo por parte de este grupo de delincuentes internacionales, estimando que el total de los inmuebles asaltados podría acercarse al centenar.

ORGANIZACIÓN "SEMI-MILITAR"

La banda desmantelada por la Ertzaintza se encuadra dentro de las características de las organizaciones delictivas albano-kosovares que se mueven actualmente por el territorio de la Unión Europea. Es un grupo de naturaleza semi-militar (dos de los integrantes del grupo desmantelado por la Ertzaintza son ex-militares de la antigua Yugoslavia), cuyos componentes se van rotando con los de grupos que operan en otros lugares, pero manteniendo estables las estructuras y el número de componentes.

Utilizan como bases de operaciones pisos de alquiler situados normalmente fuera de las zonas en las que cometen los robos y al desplazarse lo hacen también en vehículos alquilados en otros territorios o sustraídos. Los grupos funcionan de manera autónoma pero con conexiones entre sí, tanto para intercambiarse miembros como para distribuirse los territorios en los que cometen los robos.

Cuando acuden a los lugares donde roban lo hacen divididos en dos subgrupos que se reparten el trabajo, aunque manteniéndose en todo momento en contacto por radiotransmisores. Mientras unos se dedican a neutralizar los sistemas de alarma y a vigilar la posible llegada de la policía los otros perpetran el robo, accediendo al interior de los pabellones tras forzar el tejado, una puerta o venta o, incluso, la pared del inmueble.

Una vez en el interior, centran su atención en la búsqueda de dinero en efectivo o de objetos de alto valor y de fácil colocación en el mercado, como ordenadores, pequeñas máquinas-herramienta, o aparatos electrónicos. Las cajas fuertes las fuerzan utilizando taladradoras y otras herramientas potentes.