VALENCIA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Varias decenas de trabajadores de Unión Naval de Valencia se concentraron hoy para rendir homenaje a los 18 fallecidos en el siniestro del buque Proof Spirit, ocurrido hace 10 años, el 3 de julio de 1997, cuando las víctimas trabajaban en la sala de máquinas del barco, que estaba en construcción en los astilleros del Puerto de Valencia. Los empleados guardaron cinco minutos de silencio en recuerdo de la que se considera la "mayor tragedia" de la historia de los astilleros españoles y uno de los accidentes laborales más graves de la Comunitat.
Trabajadores de la plantilla actual así como varios empleados contratados cuando ocurrió el siniestro secundaron el homenaje, que continuará esta tarde con un acto que se celebrará en la sede de CCOO-PV. En la puerta sur de la empresa estuvieron presentes, además, el secretario general de CCOO-PV, Joan Sifre, y el representante de este sindicato en Puerto Valencia, Bernat Albentosa.
El presidente del Comité de Empresa, Javier Aguilar, consideró que las condiciones de seguridad en la compañía, que cambió de nombre tras el siniestro (antes se denominaba Unión Naval de Levante), "han evoluncionado". Sin embargo, señaló que los cambios, como la carga de combustible sin la presencia de trabajadores, se han producido "no tan rápido como deseaban".
En el acto estuvo, además, el que fuera secretario del comité de empresa de la Unión Naval de Levante cuando se produjo el accidente, Manuel Querol, quien recordó a los compañeros fallecidos y aseguró que aunque "el tiempo lo borra todo, se cometen los mismos errores". De este modo, indicó que una década después conserva un "mal sabor de boca" pues, según indicó, "sólo se actúa cuando no hay remedio", tanto por parte de las empresas como de los trabajadores, añadió.
Por su parte, el secretario general de CCOO-PV, Joan Sifre, criticó los "problemas organizativos" que se generan en el Puerto a causa de la "gran actividad" que se realiza en sus instalaciones como la construcción, la carga y descarga o la celebración de la America's Cup.
Por esta razón, reclamó "coordinación" en materia preventiva y de seguridad entre todas las empresas que trabajan en las infraestructuras portuarias, para lo que exigió una "planificación adecuada" con la Administración y la Autoridad Portuaria. Además, solicitó "ámbitos de interlocución" para llegar a esa planificación ya que "cada empresa posee sus propios modelos de seguridad laboral".
En este sentido, el representante de CCOO en el Puerto de Valencia, Bernat Albentosa, criticó que en las instalaciones portuarias existen situaciones que no reúnen "unas mínimas condiciones de seguridad". Así, apuntó a la carga y descarga de soja, el traslado de las mangueras de la empresa TEGSA o el tráfico de vehículos en la zona.
A las 19.00 horas de hoy, está prevista una concentración en los locales de CCOO-PV, en la plaza Nápoles y Sicilia de Valencia donde se entregará a los miembros del comité de empresa una placa conmemorativa del décimo aniversario del accidente. En la actualidad, Unión Naval de Valencia cuenta con 107 trabajadores en plantilla aunque si se suma a los trabajadores procedentes de contratas la cifra asciende aproximadamente a 300 empleados.
JUICIO
El 3 de julio de 1997, 18 trabajadores fallecieron y diez resultaron heridos como consecuencia de la deflagración ocurrida en la sala de máquinas del buque 'Proof Spirit' que se encontraba en construcción y que se produjo por una fuga de gasóleo durante la operación de carga del combustible de la embarcación.
Por este accidente, el 18 de febrero de 2005, los tres acusados por el homicidio imprudente de los trabajadores fallecidos en el siniestro aceptaron penas de entre dos años y 18 meses de prisión en un un juicio por conformidad que se celebró en el juzgado de lo penal número 2 de Valencia.
Los acusados fueron el encargado de la sala de máquinas del 'Proof Spirit', su ayudante y el jefe de seguridad del barco, y el acuerdo contempló la atenuante muy cualificada de reparación del daño ya que las diez personas que sufrieron lesiones y los familiares de las víctimas cobraron las indemnizaciones.
La sentencia contempló que se registraron dos grupos de deficiencias graves que condujeron al accidente: por una parte, que no se observó el propio plan contra incendios del barco y, por otra, que no se controló la estanqueidad del circuito de tuberías, que fue examinado 40 días antes, y que presentó dos puntos de fuga en el momento de la carga de combustible.
Además, se tuvo en cuenta que los trabajadores se encontraban usando sopletes y trabajos de corte con radial a altas temperaturas cerca de donde se estaba cargando combustible en el barco sin que hubiera carteles advirtiendo de esa operación y que los dos bomberos presentes en el buque desconocían dicha carga.