GUADALAJARA 4 May. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional de las Comisarías Provinciales de Alicante y Murcia detuvieron a ocho personas que formaban un grupo organizado dedicado, principalmente, a las estafas en el ámbito inmobiliario, en las provincias de Guadalajara, Alicante y Murcia.
Según informó la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara en nota de prensa, los detenidos fueron identificados como D.V.V., de 35 años; J.S.V., de 36 años; N.V., de 20 años; M.V.G., de 56 años; J.Ll.M., de 56 años; J.M.V.A., de 39 años; A.V.D., de 33 años, e I.S.R., de 27 años.
Asimismo, se estima que la cantidad estafada ascienda a 1.357.093 euros y que parte de los beneficios los utilizaban para adquirir sustancias estupefacientes con las que traficaban.
Además, en los registros efectuados a los detenidos se han intervenido diversas escrituras, armas de fogueo y blancas, ordenadores portátiles, un vehículo valorado en 133.000 euros y 3.114 gramos de cocaína. Se ha podido constatar un fraude total efectivo de 1.357.903 euros.
La forma de operar de los estafadores era suplantar la identidad del titular de un inmueble y la de otra persona que simulaba ser un comprador y utilizar documentos de identidad falsificados para solicitar un crédito hipotecario para financiar la supuesta operación de compra/venta.
CUATRO FASES
Según informó la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara, los componentes de este grupo intervenían en las diferentes fases del desarrollo de la estafa, asumiendo cada uno un rol específico.
De esta forma, en la primera fase localizaban inmuebles o terrenos en venta situados en la ciudad de Alicante o su provincia, se interesaban en su compra y obtenían de sus propietarios una copia de la escritura de compra-venta, con la excusa de comprobar posibles cargas que recayeran sobre él.
En segundo lugar, seleccionaban a personas para llevar a cabo la suplantación de los verdaderos propietarios del inmueble y generalmente, utilizaban a personas de barrios marginales y/o adictas a sustancias estupefacientes a los que ofrecían una pequeña cantidad de dinero.
Primero les solicitaban unas fotografías de tamaño carné para falsificar los documentos de identidad que posteriormente utilizaban en las operaciones notariales de compra-venta y, finalmente, acompañados de un miembro del grupo, acudían a la firma del contrato de compra-venta del inmueble en cuestión.
En la tercera fase, con los datos que poseían de los propietarios del inmueble y utilizando las fotografías proporcionadas por las personas captadas en grupos marginales, realizaban documentos nacionales de identidad falsos para suplantar a los propietarios en el momento de la compra/venta.
En último lugar, una vez obtenidos los DNI falsificados, solicitaban a la entidad financiera el correspondiente el crédito hipotecario utilizando inmobiliarias reales interpuestas para dar mayor credibilidad a la operación y, finalmente, firmaban las escrituras de compra-venta en una notaría. La entidad bancaria entregaba a los falsos vendedores el importe de la hipoteca pactada previamente y los estafadores desaparecían sin dejar rastro.