La Policía detiene en Valencia a tres hombres pakistaníes acusados de explotar laboralmente a compatriotas

VALENCIA 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Agentes de la Policía Nacional han detenido a tres hombres de nacionalidad pakistaní, dos hermanos de 24 y 28 años y un primo de ellos de 39, acusados de explotar laboralmente en tareas agrícolas a compatriotas "sin papeles", a los que supuestamente sometían a jornadas laborales de nueve o diez horas con la promesa de pagarles 25 euros por día, cantidad de la que descontarían seis euros por trasladarles al lugar de trabajo y otros cuatro euros más "por otras falsas promesas", según informó la Jefatura Superior de Policía en un comunicado.

Además, los agentes han detenido a otras 20 personas por estancia irregular en España, de los que 11 son hindúes, tres pakistaníes, tres senegaleses y uno de Costa de Marfil. Los acusados de la explotación de estos inmigrantes pasaron el viernes a disposición del juzgado de instrucción número uno de Valencia como presuntos autores de los delitos de amenazas y contra los derechos de los trabajadores mientras que al resto se les incoó expediente de expulsión.

Los agentes detuvieron a estas tres personas en dos fases de la operación denominada 'Amapola', que se inició el pasado 7 de febrero al tener conocimiento la sala del 091 de Valencia de que se estaba produciendo una reyerta entre varios ciudadanos pakistaníes en un locutorio del distrito de Patraix. Según la Policía, precisamente la pelea se originó por parte de los trabajadores afectados que se presentaron en el locutorio para reclamar las cantidades que les debían los presuntos autores de los hechos que supuestamente intimidaron además a sus compatriotas en lugar de pagarles.

Varias patrullas se dirigieron al lugar, pudieron contener la reyerta y averiguaron que varias personas implicadas habían huido aunque lograron detener a un hombre de 28 años que regentaba el locutorio como presunto autor de un delito de amenazas realizadas a compatriotas suyos. Los policías intervinieron en el interior del establecimiento los dos cuchillos que supuestamente habían esgrimido.

Días después, como consecuencia de la intervención y de las investigaciones realizadas, los agentes pudieron detener a dos personas más que presuntamente habían participado en los hechos ocurridos en el locutorio, un joven de 24 años hermano del anterior y el primo de ambos de 39. Esta detención se produjo sobre las cinco de la madrugada del pasado jueves cuando circulaban en una furgoneta por las inmediaciones de la calle Gaspar Aguilar de Valencia, en la que transportaban a ocho trabajadores reclutados para las faenas agrícolas.

Según la Policía, los tres detenidos presuntamente constituían un grupo organizado que "de manera habitual y como medio de vida, se dedicaban al parecer a la explotación laboral de ciudadanos extranjeros sin papeles, generalmente de origen hindú", con los que supuestamente contactaban en el locutorio telefónico donde se produjo la reyerta.

La Policía señala que muchas de estas personas no llegaron a percibir cantidad alguna por los trabajos realizados, e incluso acumularon deudas que podían sobrepasar los 500 euros, según el tiempo que llevaban trabajando. A los trabajadores les proveían de copias de color de las tarjetas de residencia y trabajo de otros, con lo que solucionaban así las posibles reticencias de los empleados del sector.

Los agentes practicaron el pasado jueves un registro en el domicilio de los dos hermanos detenidos donde se incautaron de ocho fotocopias en color y plastificadas de autorizaciones de residencia y trabajo expedidas a ciudadanos pakistaníes, que supuestamente usaban para dar "apariencia de regularidad" a los trabajadores que ofrecían a los empresarios agrícolas.

Además, también localizaron un listado de personas extranjeras, con autorización de trabajo y residencia, a los que los trabajadores irregulares detenidos presuntamente debían suplantar en sus actividades agrícolas; cartillas bancarias y diversa documentación personal de ciudadanos extranjeros y titulares de permisos de trabajo y residencia y dos cuchillos de cocina que presuntamente emplearon en las amenazas.