Por la costa turquesa en el sur de Turquía

Goleta Junto A Marmaris
Foto: JCG
Puerto de Marmaris Elevador de Izmir Por la costa de Marmaris Cueva marina Tortuga boba Cangrejo azul Tumbas licias Tumbas licias junto al río Dalyan Baños en el río Dalyan Kusadasi Biblioteca de Efeso Cesme Goletas en Marmaris
Actualizado: martes, 11 septiembre 2012 12:00

Por Javier Carrión

Docenas de estilizadas goletas ofrecen la posibilidad de navegar por la "costa turquesa" en el suroeste de Turquía. Un paraíso natural repleto de bellas playas intactas y calas recónditas, algunas casi secretas, a las que sólo se puede acceder en barco y que deparan más de una sorpresa además del consabido chapuzón en sus aguas cristalinas. Tortugas bobas, cangrejos de color azul, lagos y montañas nos esperan en este rincón aún virgen en la frontera virtual entre los mares Egeo y Mediterráneo.

Aunque se puede realizar una excursión de un día por la costa turquesa desde Marmaris por 45 liras -unos 20 euros-, lo ideal para descubrir esta región es contratar una goleta por una semana.  El precio rondará como mínimo los ocho mil euros, pero esta cantidad se puede repartir entre todo el pasaje, normalmente una docena de personas. Las comidas están incluidas, las tripulaciones destacan por su amabilidad y la libertad de movimientos permite  evitar los fondeadores masificados o los puertos más turísticos -el de Bodrum se lleva la palma- para ir a la búsqueda de las playas salvajes donde el turista puede sentirse realmente solo en un entorno no explotado.

Antes de iniciar el viaje en Marmaris un consejo. Conviene dar una vuelta por esta coqueta y escondida ciudad licia que parece haber sido conquistada hoy por los británicos. Hay más de diez mil familias anglosajonas instaladas en este antiguo asentamiento fortificado de Physcus y forman con los nuevos turistas ricos, los rusos, una población de mucho peso en esta "Ibiza" del Egeo. Así denomina nuestro guía Murat a una Marmaris de atmósfera internacional, con agitada vida nocturna, que multiplica por seis su población en verano hasta llegar a los 200.000 habitantes, dentro de un país donde el 97 por ciento de la población practica la religión musulmana.

Desde Marmaris, en la punta de un fiordo que podría llevarnos a engaño al ser muy parecido a los noruegos, hay muchas posibilidades de explorar la costa. La opción más sencilla es la de acercarse a la vecina Rodas, isla griega de gran historia, pero resulta más original poner rumbo en paralelo hacia la frontera virtual que separa el Egeo del Mediterráneo. La desembocadura de un río, el Dalyan, y un lago de agua dulce, el Köycegiz, marcan este bello y salvaje espacio protegido con la playa de Iztuzu, la más larga de Turquía,  donde unas 300 tortugas caretta caretta, también llamadas tortugas bobas, desovan cada año. No se dejan ver con facilidad pues se mueven de noche y en esas horas la presencia humana está prohibida, pero los pescadores de la única aldea cercana, Kaunos, consiguen captar la atención de los turistas que, agolpados en sus barcos, asisten al espectáculo de avistar y casi tocar a una tortuga adulta en busca de comida. La escena siempre se produce con luz de día y solo a unos metros de los visitantes. Halil, un pescador de Kaunas que se define como "tortuguero", comenta que cada ejemplar pone unos 300 huevos, "pero sólo sobreviven diez de ellos por las alimañas y el propio hombre", y nos invita a probar la exquisita carne del cangrejo azul, autóctono en este rincón turco. Otro manjar que se deshace en nuestra boca tras ser preparado en la misma barca que flota en unas aguas cristalinas ideales para el baño.

Ese chapuzón, ya sea en el río Dalyan o en el mar delante de la lengua de arena que forma la playa de Iztuzu, resulta inolvidable. Después, si queda tiempo, la excursión puede completarse con un baño de barros en un centro termal muy próximo o con un paseo por el río en una barca más pequeña para divisar las imponentes tumbas licias del siglo III antes de Cristo incrustadas en la montaña.

Dejamos este paraíso natural para poner rumbo norte en nuestro viaje. Espera Kusadasi, una ciudad muy turística situada enfrente de la isla griega de Samos, con grandes hoteles, provocadores bazares, puerto de cruceros y clubes exclusivos de playa enfocados a una clientela con cartera y amante de la vida nocturna (el más famoso es "Jade" con restaurante, playa privada, discoteca y cabaret incluidos al aire libre) . Un caravasar otomano, el Okuz Mehmet Pasa Kervansarayi, y una torre del reloj desde la que se divisa la isla de las palomas son sus puntos turísticos más atractivos sin olvidarse de algunas de las playas más idílicas de este litoral como la que lleva el nombre de Cleopatra. En la isla de las palomas, conectada a tierra firme por un puente, hay una fortaleza de piedra y hacia el este se sitúan los muelles donde atracan los grandes cruceros.

El destino final de estos ferries suele ser Efeso, la ciudad clásica mejor conservada del Mediterráneo oriental. Esta antigua urbe, que constituyó el centro romano más importante de la costa turca, puede ser recorrida a través de sus calles con dos paradas imprescindibles, la Biblioteca de Celso y el Gran Teatro, pero también hay que detenerse en el Ágora, el Gimnasio y el Estadio.  Muy próximo a las ruinas, en la parte más alta de la montaña, se halla un santuario mariano, centro de peregrinación de cristianos y musulmanes, en el que se afirma que vivió la Virgen María en compañía de San Juan Bautista durante la recta final de su vida. La pequeña Capilla de la Casa de María ("Meryemana") recibe un millón de visitantes anualmente. La mayoría deja un deseo escrito en uno de los muros del recinto y prueba el agua milagrosa del lugar.

Más al norte, a unos 80 kilómetros, Esmirna queda fuera de los itinerarios en goleta, pero su visita es recomendable. La tercera ciudad de Turquía propone un ambiente animado y cosmopolita en las calles y bares del puerto a lo largo de un extenso bulevar que se ha convertido en el símbolo moderno de la actual Izmir, aunque los más románticos prefieren acercarse al histórico elevador de la ciudad, construido en 1907 por el empresario hebreo Nesim Levi en el barrio judío. Su restaurante y su café ofrecen unas vistas espléndidas de la que fuera cuna del poeta Homero.  

Los habitantes de Izmir suelen escaparse los fines de semana a la península de Cesme, una excursión muy apetecible, donde se puede aprender y practicar el windsurf en Alacati, el lugar de moda repleto de hoteles-boutique, tostarse en las calas de arena o probar el buen vino que se produce junto al mar.

Guía práctica

Como llegar

No hay vuelos directos desde España hasta la costa turca del Egeo. La mejor opción es ir a Estambul y allí conectar con los aeropuertos de Dalaman, Izmir o Bodrum.

Excursiones en goletas

Hay muchas empresas que organizan excursiones por mar a bordo de goletas. Las más importantes parten de Bodrum y Marmaris. Inf: Aproache (www.aproache.com) - Mets (www.metsyachting.com ) - SJ Yachting (http://sjyachting.com )

Más información:

Pasión Turca y Oficina de Turismo de Turquía: www.turismodeturquia.com