Playas y bici en Formentera

Playa De Formentera
EUROPA PRESS
Europa Press Turismo
Actualizado: viernes, 22 julio 2011 12:00

Formentera, la cuarta de las Baleares más pequeña en extensión, es a la vez áspera y salvaje, suave y apacible. Nada en esta isla del Mediterráneo parece distraer al visitante de los elementos naturales que en ella abundan: aire, agua y arena.

Aunque una primera vista a la isla puede parecernos poco espectacular, (cabras marrones pastando bajo la sombra de olivos, higueras y algarrobos, lagartijas camaleónicas regocijándose al sol, campos donde reluce el dorado trigo...) la contemplación de apenas 80 kilómetros cuadrados, llena de paz y tranquilidad al turista.

La fragancia de Formentera es la mayor tentación, las hierbas aromáticas y homeopáticas crecen en abundancia y el perfume de los pinos, el romero salvaje y el tomillo, acompañados por la salada brisa mediterránea, crean un cocktail de aromas capaz de causar adicción.

Muy arraigada a la liturgia de los pasados años hippies, la isla mediterránea es el lugar ideal para dejarse llevar y recargar energía, los turistas tranquilos, amantes de la naturaleza, el senderismo y la bicicleta, son los mejor bienvenidos y los que más aspectos de la isla consiguen ver.

La pequeña de las islas Pitiusas se ha convertido en un lugar de culto, por esa sensación de resguardo y cobijo entre personas desconocidas, tan familiar y personal, y por ser un gran pueblo rodeado por playas blancas, ofreciendo siempre nuevas impresiones con sus diversos paisajes: playas kilométricas, acantilados rocosos, bosques de pino...y las aguas saladas de los lagos S'Estany de's Peix y S'Estany Pudent, al noroeste.

Esta isla, cuya historia está totalmente ligada a Ibiza y a la discontinuidad de presencia humana durante dos largos periodos, sigue conservando todo su carácter y mantiene todos sus hábitos y costumbres intactas.

Con respecto a las condiciones climáticas de Formentera, ésta se caracteriza por unas elevadas temperaturas, así como por un ambiente seco sobre todo durante la temporada estival. En el extremo sur, sobre el desierto de piedras sopla siempre un suave viento. El aire, el grito de las gaviotas, una cueva, un faro blanco y la vista libre más allá del horizonte...azul el cielo, azul el mar, en ningún otro lugar del mundo se percibe la soledad como aquí.

Cómo llegar

Para empezar es imprescindible conocer las diferentes maneras que tenemos para llegar a la isla. Formentera no dispone de aeropuerto, por lo que será la vía marítima la elegida para ello. Tenemos dos opciones: la primera será salir desde Denia, en la provincia de Alicante, por medio de un trasbordador, o la segunda, que será volar hasta Ibiza y, una vez ahí, en una hora o menos (en caso de que elijamos un catamarán) estaremos en Formentera. Este tipo de servicios de trayectos marítimos se realizan a diario y con mucha frecuencia.

Playas paradisíacas

Uno de los principales atractivos de Formentera son sus playas, valoradas por muchos como las mejores del archipiélago balear por su arena blanca y sus aguas turquesas. Además, la isla intenta mantener todo su encanto, por lo que el resultado son unas playas donde la belleza y la tranquilidad son características y se alejan de ambientes modernos y paisajes destruidos de otras costas españolas.

Illetes: situada en el norte de la isla, esta playa es una de las más visitadas por los turistas. Ofrece múltiples actividades de ocio, como deportes acuáticos, restaurantes, hamacas, así como un servicio marítimo que comunica esta zona con, por ejemplo, el Espalmador, un pequeño islote a unos 150 metros del norte de Formentera donde los restaurantes y establecimientos no están permitidos.

A Illetes se puede acceder a ella en coche, pero desde la isla se aconseja hacerlo a pie o en bicicleta para no degradar el medio ambiente.

Cala Sahona: esta pequeña cala es una de las más hermosas que se pueden visitar en Formentera y desde ella se puede contemplar la isla de Ibiza.

Migjorn: situada en la costa sur de la isla, Migjorn es una de las playas más grandes de la isla. Estos dos factores son los que provocan que sea de las menos transitadas, por lo que la tranquilidad es especialmente mayor en este lugar.

En la mayoría de ellas hay zonas donde el nudismo es una práctica habitual, lo que dota a la isla y sus playas de mayor sencillez y naturalidad.

Qué hacer

Formentera es una isla tranquila a la que se puede ir a descansar, pero además nos ofrece múltiples recursos, como las actividades acuáticas. Para los amantes del deporte es una isla ideal en la que podrán alternar el sol y la arena de la playa con el submarinismo. Hay varios centros de buceo donde se imparten cursos de iniciación a inmersiones, por lo que la práctica se puede aprender en los maravillosos fondos marinos de la isla. Además, se puede hacer parasailing, o vuelo acuático, senderismo, rutas en bicicleta, cursos de natación, esquí náutico o, por otro lado, tenemos la posibilidad de alquilar embarcaciones, catamaranes, planchas de surf en los centros de alquiler y escuelas náuticas situados en las playas.

No te lo pierdas

Mercadillo de La Mola: reunión de los artesanos de la isla para ofrecer sus creaciones (joyas, bisutería, calzado, ropa, etc). Tiene lugar los miércoles y domingos y uno de los objetos más típicos y característicos son los pendientes y anillos en forma de lagartija.

Puesta de sol: no puedes dejar la isla sin haber contemplado uno de los ocasos más impresionantes. Para ello, dirígete a uno de los puntos de la costa oeste, esto es, a Cap de Barberia, Cala Sahona, Punta Gavina o Punta Pedrera.

Ca na Costa: monumento megalítico formado por un dolmen de piedra situado al norte de Formentera.

Cueva d'en Geroni: cueva que se encuentra a las afueras de Sant Ferran. Estuvo bajo la superficie de la tierra hasta que fue descubierta por casualidad en 1975.

Camino viejo de La Mola: excursión de 45 minutos en los que se recorren dos kilómetros del camino viejo paralelo a la carretera, y por el que se podrán admirar las famosas higueras autóctonas

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