Galata Tower en Estambul - JORGE SAN ANTONIO
MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Estambul no es solo una ciudad: es una sinfonía de historia, leyenda y arquitectura suspendida entre dos continentes. Sus calles bulliciosas, el susurro constante del Bósforo y los ecos de los imperios que la habitaron construyen un escenario único.
Pero hay algo más, algo que se eleva sobre los tejados rojos, los minaretes y los bazares: son sus torres. Cuatro estructuras icónicas que no solo dan forma al skyline de la antigua Constantinopla, sino que narran, cada una a su manera, la epopeya de la ciudad.
Desde la mítica Torre de Gálata hasta la futurista Torre de Camlica, este recorrido vertical invita al viajero a descubrir Estambul desde las alturas: una ciudad que se observa mejor cuando se mira hacia arriba.
TORRE DE GÁLATA: LA GUARDIANA ETERNA
Cuando cae el sol y el Cuerno de Oro se tiñe de tonos dorados, la Torre de Gálata emerge como un faro de piedra sobre el distrito de Karaköy. Testigo de siglos, incendios y amores imposibles, su silueta cónica se ha convertido en emblema de Estambul.
Construida en el año 528 por orden del emperador Justiniano, y luego reconstruida por genoveses en el siglo XIV, esta torre es una cápsula del tiempo. Desde su cima, la vista panorámica es sobrecogedora: los minaretes de Santa Sofía, la danza de los ferrys cruzando el Bósforo, el vaivén de una ciudad que nunca duerme.

Una leyenda local afirma que si dos enamorados suben juntos por primera vez, el destino los unirá para siempre. Pero también se cuenta la hazaña de Hezârfen Çelebi, un polímata otomano que, en el siglo XVII, habría volado desde esta torre hasta Üsküdar con unas alas rudimentarias. Sea mito o realidad, la Torre de Gálata es el punto de partida perfecto para soñar con volar sobre Estambul.
TORRE DE LA DONCELLA: UNA ISLA, UNA PRINCESA Y UNA SERPIENTE
En medio del Bósforo, como flotando sobre las aguas que separan Oriente de Occidente, la Torre de la Doncella (Kiz Kulesi) es uno de los lugares más evocadores de Estambul. Este pequeño islote ha sido faro, puesto de aduanas, refugio y prisión. Hoy, es museo y monumento restaurado, y conserva la atmósfera misteriosa de las leyendas que lo rodean.

La más conocida cuenta que un oráculo advirtió a un rey que su hija moriría por la picadura de una serpiente. El monarca construyó la torre en el mar para protegerla, pero la profecía se cumplió: una serpiente escondida en una cesta de frutas llegó hasta la princesa.
Desde sus balcones, el visitante puede contemplar una de las postales más memorables de la ciudad: la costa europea con Santa Sofía y la Mezquita Azul al fondo, reflejadas sobre las aguas del estrecho. De noche, iluminada, la torre parece un farol suspendido entre los tiempos.
TORRE DE BEYAZIT: EL CENTINELA DEL FUEGO
En el corazón del casco histórico, en pleno campus de la Universidad de Estambul, la Torre de Beyazit se alza con discreta elegancia barroca. En el siglo XIX, cuando los incendios eran una amenaza constante en la ciudad, esta torre de vigilancia era fundamental para detectar el humo desde lejos.

Hoy, además de ser un punto de observación privilegiado, tiene una curiosa función moderna: anticipa el clima mediante luces de colores. Rojo para nieve, azul para cielo despejado, verde para lluvia y amarillo para niebla. Un sistema práctico y pintoresco que convierte la torre en un faro informativo.
A pesar de no ser la más conocida entre los turistas, Beyazit es un excelente punto para observar la ciudad desde un ángulo diferente, lejos de los circuitos más transitados.
TORRE DE CAMLICA: EL FUTURO SOBRE ESTAMBUL
En la colina de Küçük Çamlica, uno de los puntos naturales más altos de la ciudad, se eleva la torre más reciente y más alta de Estambul: la Torre de Çamlica. Con sus 369 metros de altura y 49 pisos, este coloso de acero y vidrio redefine la relación de la ciudad con su cielo.

Concebida como torre de telecomunicaciones para reemplazar decenas de antenas, incluye además una plataforma de observación panorámica, un restaurante giratorio, una sala de cine multidimensional y un simulador de la Misión Luna. Todo en ella combina tecnología y entretenimiento, sin renunciar al alma contemplativa que comparten las grandes torres del mundo.
Desde aquí, Estambul se abre como un tapiz sin bordes, donde Oriente y Occidente se entrelazan con el azul del mar de Mármara. Es la torre del siglo XXI, pero también un nuevo capítulo en una historia que no deja de escribirse.
UNA CIUDAD CONTADA DESDE SUS TORRES.
Cada torre de Estambul es mucho más que un hito arquitectónico: es una metáfora elevada sobre el paisaje. Representan el poder y la vigilancia, el amor imposible, el conocimiento transmitido a lo largo de los siglos y la modernidad que asoma desde lo más alto.
Desde sus cumbres se abren ángulos inéditos de la ciudad, pero también se ofrece algo menos tangible y más profundo: la posibilidad de detenerse, respirar y mirar con ojos nuevos, como si el tiempo se diluyera en el horizonte del Bósforo.

Más que estructuras de piedra, madera o acero, estas torres son guardianas del tiempo, testigos de imperios y narradoras silenciosas de las vidas que se han entretejido a sus pies. Recorrerlas es mucho más que una visita: es una experiencia que invita al asombro, al recogimiento y a la contemplación.
ESTAMBUL DESDE EL MAR: EXPLORA JOURNEYS.
Estambul no solo se descubre desde el aire o a pie: también se revela en toda su majestuosidad al llegar por mar. La naviera Explora Journeys, perteneciente al Grupo MSC y especializada en cruceros de ultra lujo, incluye la ciudad como una de las escalas clave en varios de sus itinerarios por el Mediterráneo oriental.
Desde la cubierta del Explora I, su primer buque inaugurado en 2023, el viajero puede contemplar cómo emergen las cúpulas, torres y minaretes en el horizonte, con el Estrecho del Bósforo como escenario privilegiado.

Durante las escalas en Estambul, los pasajeros tienen la oportunidad de sumergirse en la esencia histórica y cultural de la ciudad, con tiempo suficiente para explorar lugares emblemáticos como Santa Sofía, el Gran Bazar, el Palacio de Topkapi o las propias torres icónicas que definen su silueta urbana.
La experiencia a bordo --que combina bienestar, gastronomía de autor y un enfoque slow travel-- se completa con la emoción de descubrir una ciudad legendaria en una jornada que parece sacada de un sueño oriental. Explora Journeys propone así una forma distinta de conocer Estambul: con la calma, el detalle y el lujo silencioso que permite apreciar cada uno de sus matices.