Viaje a los tesoros escondidos de León

Picos de Europa leoneses
M. ORDOVÁS
       
Actualizado: miércoles, 19 julio 2017 13:07

Por Miguel Ordovás

León alberga tesoros desconocidos para la mayoría. Ahora, sin embargo, es más fácil que nunca acercarse a algunas de las zonas que más aisladas y puras se han mantenido a lo largo de las últimas décadas. La llegada del AVE a la ciudad de León permitió rebajar 44 minutos la duración de un viaje que depara paisajes vírgenes, una gastronomía centenaria y un estilo de vida en peligro de extinción.

Acompáñanos en nuestro recorrido por las siete Reservas de la Biosfera que esta provincia ha escondido con celo durante siglos: más parajes protegidos que Portugal, Suiza, Irlanda o Inglaterra. ¿Quién da más?

VALLE DE ANCARES: EL TURISMO QUE VIAJA

Nuestra ruta comienza en la zona más septentrional de la provincia de León: Los Ancares Leoneses. Una zona que, hasta hace pocas décadas, apenas había abandonado su estilo de vida medieval. El aire puro y las aguas cristalinas dan fe de la conservación de un paisaje que tradicionalmente se ha mantenido aislado, intacto, puro.

El aislamiento, sin embargo, no ha hecho mella en el fuerte bagaje cultural de la zona. Situado en la frontera entre Galicia, Asturias y León, las comarcas del Valle de Ancares se caracterizan por una síntesis ejemplar de estas tres regiones a lo largo de los siglos que se deja ver incluso en el habla de sus habitantes, una hermosa mezcla entre el gallego, el asturiano y el castellano.

Una vez en León, la mejor opción es alquilar un coche en las terminales cercanas de la estación de tren. El cambio progresivo del paisaje y de la tierra en el camino a la inhóspita región es un libro abierto que habla de la relación, en ocasiones problemática, del hombre con la naturaleza. Una vez en Ancares podremos disfrutar del testigo vivo de esta dialéctica milenaria visitando las pallozas, vivienda típica de la región que nos habla de la tradición y la cultura ancaresa, o visitando los bosques de robles milenarios.

Ahí habita Miguel Yuma, un célebre 'teitador' de la zona --practica el viejo oficio de colocar techos de paja--, que nos explica la esencia del ecoturismo que ofrece la región: "Esto hay que buscarlo", explica, en referencia al tesoro paisajístico y cultural que se abre ante nosotros. Y detalla que hay dos clases de turismo: el que hace y el que viaja. "El que viaja es el que no te lleva; tienes que ir, sentirlo, encontrarlo por ti mismo". Tan simple como eso.

VIAJE A BABIA

En dirección Este el paisaje experimenta una transformación peculiar a medida que el viajero se adentra en el Valle de Laciana, una zona minera que se encuentra actualmente inmersa en un proceso de transición para combatir la despoblación en sus pueblos. Y recursos no les faltan, porque el patrimonio geológico único y el conocimiento experto de antiguos mineros de la región permiten al visitante afortunado encontrar joyas fósiles mientras camina por las montañas.

El aula geológica de Sosas de Laciana es la prueba irrefutable de la intención, por parte de la población local, de enseñar al visitante cada detalle de la Reserva, cuyo patrimonio geológico ha sido codiciado durante décadas por expertos de todo el mundo.

A pocos minutos en coche llegamos a la reserva de Babia, cuyo nombre es especialmente conocido por la gente despistada. Lo que pocos saben es que el dicho popular 'estar en Babia' hace referencia a la belleza de su paisaje: esta extensa llanura verde fue lugar de retiro de los antiguos reyes leoneses, un paraje que añoraban los pastores cuando, empujados por el invierno, debían llevar sus reses a los campos extremeños. Así, los monarcas estaban en Babia la mayor parte del año y los pastores, despistados, 'estaban' en Babia aun cuando se encontraban lejos de su hogar.

En este entorno merece la pena visitar la Casa del Parque de Babia y Luna, un buen punto de partida para conocer el extenso entorno natural a explorar. Este activo centro cultural y de reunión de personalidades literarias también alberga una terraza donde disfrutar de la noche de Babia.

En San Emiliano es posible disfrutar de alojamiento y servicios, así como degustar la deliciosa gastronomía de la zona. Para aquellos no acostumbrados a observar las estrellas por las luces de la ciudad, la llanura de Babia ofrece caminos perfectos para admirar el cielo nocturno en todo su esplendor.

ALTO BERNESGA Y LOS ARGÜELLOS: JOYAS DE LA CORONA LEONESA

El Alto Bernesga es una de las pocas zonas que ha mantenido su densidad de población a lo largo de las últimas décadas. La razón: gran cantidad de servicios, diversidad natural y diversas actividades productivas hacen de este paraje bullicioso y lleno de vida un lugar perfecto para disfrutar en familia.

En esta región destaca la casa Entrepeñas, una de las cinco productoras de embutidos que emplea a los habitantes del Alto Bernesga y un lugar perfecto para probar la enorme oferta gastronómica típica de la zona, en la que destacan la cecina y la lengua, productos autóctonos de imprescindible degustación.

Y es que Bernesga es un ejemplo de sostenibilidad. Durante siglos, las prácticas ganaderas han coexistido --y estado incluso en estrecha dependencia-- con el entorno natural. Incluso en la actualidad, estas actividades continúan siendo el sustento de una forma de vida en peligro de extinción.

Otro de los lugares de visita obligada está situado en la Reserva de la Biosfera de Los Argüellos. Declarada en 2005, este paisaje ofrece algunos de los tesoros mejor guardados de la cordillera cantábrica leonesa. La influencia de la lluvia en la roca caliza a lo largo de milenios ha moldeado las más impresionantes joyas paisajísticas de la región: hablamos de las Hoces de Vegacervera y la Cueva de Valporquero.

En Los Argüellos es posible disfrutar de actividades que van desde el barranquismo, aprovechando la cuenca del río Torío, a la escalada, en las escarpadas paredes de la brecha que el río esculpe en la montaña. Una sinuosa carretera se abre paso a lo largo del caudal y asciende después para dar acceso a la Cueva de Valporquero, un recinto de dimensiones inesperadas y volúmenes descomunales en el que se abren múltiples salas donde fascinarse por esta joya, producto de un capricho natural elaborado desde hace más de un millón de años.

RIAÑO Y RESERVA DE LOS PICOS DE EUROPA

Terminamos nuestro recorrido en la región noreste leonesa, en la que destaca Riaño por su modernidad y su historia peculiar, que lleva por bandera. Situado en las orillas del embalse, que en 1986 anegó la situación original del casco urbano, la localidad ha sabido arraigarse de nuevo en su nueva ubicación y sacar provecho de las aguas del pantano con actividades deportivas y turísticas a bordo de todo tipo de embarcaciones. Riaño es, en la actualidad, el punto de partida de todo viajero que desee conocer los tesoros de la Reserva Natural de los Picos de Europa.

Entre estos tesoros se encuentra Posada de Valdeón, ya en el interior del Parque Natural, una pequeña localidad en la que el viajero dispone de toda una serie de establecimientos para pasar una estancia en contacto con la naturaleza de los Picos Europa. Entre ruta y ruta, es imprescindible degustar el queso Valdeón, estandarte de la gastronomía local, con alguno de los numerosos vinos leoneses disponibles.

Las siete Reservas de la Biosfera de León esconden tesoros ineludibles para los amantes de la naturaleza. Ya sea en familia o en pareja, hay mucho que descubrir del paisaje, la gastronomía y la gente en una región tradicionalmente remota que está, ahora, más cerca que nunca.

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