Las mejores terrazas de Madrid para olvidar el calor

Terraza
Terraza - VILLA VERBENA

MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El calor del verano se nota en Madrid en esta semana de fuerte ola de calor, pero la capital nos sorprende con espacios donde paliar los efectos de los calores estivales con terrazas en azoteas con vistas al 'skyline' madrileño desde las que ver atardecer o a pie de calle en la que refrescarse en un vergel en mitad de la ciudad. Aquí os dejamos algunas ideas para olvidar la subida de las temperaturas y donde tomar algo.

En el Hotel Urban (Carrera de San Jerónimo, 349) se estrena temporada de terraza con la incorporación de 'Mordiscos by Cebo', domingos de Vermut y sesiones de Dj. Los jóvenes chefs Javier Sanz y Juan Sahuquillo presentan su concepto más informal en este espacio con propuestas accesibles y fáciles de compartir, entre las que figura la mejor croqueta del Mundo 2021 by Cañitas Maite, sus mini 'hotdog' de pulpo a feira con kimchi o su Salvarin Brioche de guiso clásico de carrillada y salsa tártara y su mollete de pastrami ahumado. Y todo bien acompañado con alguno de los cócteles, que van desde clásicos como la caipiriña o mojito a mezclas menos conocidas como su Singapur Sling, su versión del Tom Collins o Porn Star Martini.

Mientras, con vistas a la Gran Vía, la azotea Picalagartos Sky Bar & Restaurant, que se encuentra en la novena planta del Hotel NH Collection Gran Vía (c/Gran Vía, 21), ofrece una exquisita propuesta de coctelería firmada por Luca Anastasio junto a una carta de picoteo diseñada por el chef Manuel Berganza donde no faltan croquetas, tartar de atún rojo o sus alcachofas guisadas al ajillo con almendras, que compartir mientras se disfruta de la puesta de sol en la capital o de las vistas del 'skyline' de la emblemática calle.

Otra opción para disfrutar de las vistas de los tejados madrileños y de su 'skyline' es el Thompson Madrid (Plaza del Carmen), donde la divertida coctelería de Familia La Ancha, ubicada en el sótano, se traslada durante el verano al 'rooftop' del hotel bajo el nombre El Cielo de Hijos de Tomás. Un espacio donde aliviar los calores del verano con cócteles con toques castizos, creados por Ana Gracia, como La Violetera, Madroño o Ava, música en directo y una carta de picoteo sencilla donde no faltan las croquetas de jamón, las bravas, los calamares o elaboraciones más originales como el gazpacho de fresa y gamba roja, la ensalada César con pollo chilli garlic o el aguacate brasa con frittata y burrata.

Por su parte, un pedacito de la Riviera Maya se instala temporalmente en la capital de la mano del Rosewood Villa Magna (Paseo de la Castellana, 22). Así, los jardines del hotel se convierten en 'Aquí Me Quedo', un club de playa solo para adultos de Rosewood Mayakoba en México, en el que se ofrecerán los sabores de la costa caribeña mexicana en un entorno en el que se han cuidado los detalles donde no faltan hamacas, sombrillas, palmeras y arena. En la propuesta gastronómica figuran recetas del Caribe mexicano, por lo que no faltarán el ceviche de pescado con curry, con la pesca del día, mango, pepino, cilantro, albahaca, salsa de soja, curry verde, cebolla roja; ensalada de zanahoria, con rábanos en escabeche y pesto de lima o tacos estilo camarones 'TJ' o de costilla, entre otros.

Inspirada en el ambiente y los paisajes de Cartagena de Indias,
Doñaluz (c/Montera, 10-12) propone también disfrutar de las vistas al atardecer o anochecer de la Puerta del Sol desde donde saborear platos con guiños a América del Sur con una propuesta gastronómica pensada para compartir, como la causa de pollo con piquillos y aguacate, las empanadas bogotanas o el chicharrón de cerdo a baja temperatura. Platos que se pueden acompañar con alguno de los diferentes cócteles que proponen y bajo el ritmo de la música en directo de sus DJs.

Mientras que Picos Pardos Sky Lounge by Martini (c/Velázquez, 62) en el Bless Hotel Madrid se perfila como uno de los 'must be' de este verano desde donde contemplar las vistas de la ciudad, disfrutar de un refrescante baño en su piscina esmeralda o tomar un delicioso cóctel de autor sobre las camas balinesas. Todo ello acompañado de su propuesta gastronómica, con la cocina fresca y vanguardista con toques orgánicos del chef Víctor Cuevas, de inspiración nikkei y recetas 'raw' como ceviches, carpaccios y tartares, entre otros, en un ambiente íntimo y cosmopolita. Un espacio en el que disfrutar de lunes a domingo de su aperitivo en la piscina con el atardecer de fondo y degustando un cóctel de autor en su 'rooftop'.

ESPACIOS ÚNICOS BAJO LA LUZ DE LAS VELAS

Y para los que prefieran terrazas en espacios únicos, el patio de Ovillo (C/Pantoja, 8) se convierte en la oferta al aire libre más exclusiva del verano madrileño con dos únicas mesas, una de cuatro comensales y otra de seis, donde degustar la propuesta del chef Javier Muñoz-Calero, en un pequeño patio repleto de plantas como la lavanda o la dama de noche que aportan frescor y aroma, mientras que candelabros, velas en las paredes, espejos y muebles antiguos habitan en este espacio de base industrial. Un espacio único para disfrutar cada noche platos como el cangrejo real con mayonesa de cayena y lima, el obispo marinado en salsa de tomate de colgar, pimiento y bergamota o la lasaña de verduras, hortalizas, tubérculos y especias de cinco continentes.

Igualmente, disfrutar a la luz de las velas de una tarde noche viendo anochecer desde la Casa de Campo, el pulmón verde de la capital, es el plan que proponen en Villa Verbena con sus 'Veladas', cenas de verano a la luz de las velas de jueves a sábado y en un ambiente único donde degustar de un menú especialmente diseñado para la ocasión compuesto por tomate bloody mary y causa limeña; gazpacho de pepino con manzana verde y granizado de cilantro; aguacate a la brasa con salsa de chiles quemados y gamba blanca; lomo de bonito de temporada a la brasa con caldo de marmitaco y piparras; solomillo de cerdo ibérico Joselito con calabaza asada, jugo de mostaza e higos y, como postre, un ceviche de frutas thai.

Y otra opción más es un espacio icónico madrileño que acaba de reabrir como el Gran Café El Espejo (Paseo Recoletos, 31), donde disfrutar en su pabellón modernista que da nombre al espacio, retomando su esplendor con la mejor terraza del centro de Madrid, cuidada decoración y una carta que va del desayuno a las copas nocturnas con opciones sencillas, sabrosas y reconocibles, que van desde croquetas, a las lechugas de Floren Domezáin, buenas carnes y pescados y los postres del reconocido maestro pastelero Paco Torreblanca.

Por su parte, El Jardín de la Máquina (Avenida de la Victoria s/n), un oasis gastronómico repleto de jardines sin tener que salir de la ciudad, es otro de los destinos para vivir un ambiente acogedor y tranquilo. Además, de un espacio donde compartir propuestas como patatas bravas, chanquetes con huevos fritos, calamares, almejas o arroces, mariscos de las lonjas españolas y carnes nacionales, que se acompañarán con su extensa carta de vinos.

Finalmente, una de las novedades para este verano es la terraza El Rincón de Vespok (c/Isla de Oza, 16), situada en una antigua ermita de la urbanización Puerta de Hierro rodeada de vegetación, donde degustar platos de la cocina española de base tradicional como la ensaladilla, las croquetas, el 'steak tartar', carnes escogidas o su famosa tarta de queso. Un lugar ideal tanto para desayunar como para disfrutar de una velada con amigos con una carta especial de tardeo para las tardes de verano.

    En pleno barrio de Chueca, en la azotea del Mercado de San Antón (c/Augusto Figueroa, 24) se encuentra 11 Nudos Terraza Nordés, el restaurante con aires marineros y alma contemporánea que viste su terraza de blanco y azul al son de una cocina fresca y marinera que fusiona la tradición de la cocina gallega de materias primas de primera calidad con un toque contemporáneo, donde degustar platos como su brioche de caldeirada de moluscos, pimientos de padrón ahumados, las volandeiras al horno con aire de bloody mary al brandy, pulpo a la brasa o patitas de calamar crujientes. Además, su terraza es perfecta para un 'afterwork', donde disfrutar de las vistas con alguno de los cócteles de la carta, donde no faltan los de la ginebra gallega.