Según el estudio “La otra Navidad: comportamientos de los españoles alrededor de la mesa” sobre los hábitos y conductas de los hogares españoles en esta época del año, de media, una familia puede llegar a tirar el 25% de la comida pero cuando nos preguntan directamente casi el 75% de los españoles cree que se tira menos del 10% de la comida. El 70% de los españoles tiene el impulso de reutilizar la comida para el día siguiente aunque gran cantidad de la misma acaba finalmente en la basura.El estudio, elaborado por IKEA, recoge los resultados de 1.500 entrevistas realizadas en todo el ámbito nacional a individuos de 18 y más años que cocinan y organizan al menos una de las comidas importantes de Navidad en su casa. Una de las principales conclusiones que se desprende del estudio “es el importante desfase que existe entre realidad y percepción, ya que no somos conscientes de la comida que se tira en Navidad” señala Mercedes Gutiérrez, responsable de sostenibilidad de IKEA. Además, Nochebuena es el día en el que sobra más comida en los hogares españoles, mencionado por el 40,2%. Este porcentaje se incrementa hasta el 60% en Asturias, la Comunidad que se sitúa a la cabeza y baja hasta el 22% en Cataluña donde señalan Navidad como la fecha en la que más comida sobra con un 37%.Con respecto a la gestión de la comida sobrante, un 69% declara comer las sobras al día siguiente, un 10% las congela, un 10% las guarda y un 10% las convierte en otro plato.En cuanto a los motivos por los que finalmente se tira la comida el estudio se muestra revelador: el 58,3% señala la mala conservación o exceso de tiempo pasado para realizar un nuevo uso sobre lo sobrante. A continuación, con un 37,7% total, se encuentran las respuestas “la guardo en la nevera pero luego se me olvida consumirla” o “Después de un siguiente uso, como mucho, ya no sé cómo almacenarla”. Todo estos datos ponen de manifiesto por tanto que las causas por las que se desperdicia comida son evitables. El 22% de los encuestados afirma que uno de los aspectos que más le estresan a la hora de organizar una cena o comida navideña es el gasto que supone. Este gasto podría reducirse en buena medida si evitáramos el derroche que conlleva el desperdicio de alimentos.
