Cómo educar a hijos y adolescentes: La pregunta como medio de desarrollo (II)

Como educar a los adolescentes
Foto: CORDON PRESS
Actualizado: viernes, 20 febrero 2015 14:32

MADRID, 5 Feb. (CHANCE) -

   Queridos CHANCEROS. Tal y como os contamos la semana pasada vamos a traeros cada jueves unos artículos sobre como tratar a los hijos o chavales que estén en nuestro entorno, especialmente a los de la edad  adolescentes. Muchas veces no es fácil tratar con ellos y pensamos en qué están cambiando o qué ha pasado.

   Durante estas semanas nos va a acompañar Nano López Coach experto en adolescentes y padres y socio fundador de InsideYou. Si la semana pasada hablábamos de ¿Cómo educar a los hijos sin dirigir sus vidas?... esta semana vamos a tratar "'La pregunta como medio de desarrollo'.

   Muchas veces, los padres, nos preguntamos por las armas que tenemos para acercarnos a nuestros hijos en esta etapa tan difícil de la adolescencia.

   Siempre pensamos que debemos estar controlando todos los sistemas donde se mueven, olvidando que ellos están creando su propio proceso personal con todo lo que ello conlleva. La confianza es una base importante que sin darnos cuenta vamos perdiendo.

  ¿Y por qué sucede esto? ¿Por qué un día fuimos adolescentes y engañábamos a nuestros padres? No, simplemente porque comenzamos a ser nosotros mismos.

   Un día decidimos crear un sistema familiar en el que nuestros hijos formaran parte y ahora, no somos conscientes de que llega el momento de que ellos construyan su propia vida.

   Y para que esto se cumpla tal y como nos ocurrió a nosotros, ellos mismos deben de tomar sus decisiones, deben decidir sobre lo que quieren e incluso cometer sus propios errores. Además ¿quiénes somos nosotros para controlar todo esto?

DOS DE LAS MEJORES ARMAS DE LAS QUE DISPONEMOS SON LA PREGUNTA Y LA ESCUCHA

   Preguntamos para descubrir, no para indagar. La pregunta debe de ser un medio de acercamiento y para ello debemos hacerla desde nuestro conocimiento adulto.

   Para ello, debemos de ser conscientes de que debemos dejar nuestras creencias a un lado. Apagar la radio que tenemos encendida en nuestra cabeza y preguntar desde el acompañamiento. Preguntar para que ellos mismos descubran y jamás para cuestionarlos.

   Hace unos meses me encontraba de viaje en Nueva York y uno de esos días estuve hablando con mi sobrino de 6 años por video conferencia. En esta conversación, mi sobrino me contaba que se estaba preparando para ir a la cama.

   Yo le pregunté: ¿Cómo te marchas a la cama si es completamente de día?. En Nueva York eran las 3 de la tarde mientras que en Madrid eran las 9 de la noche.

   Cuando él vio que realmente era de día se mostró muy sorprendido. Pensaba que le estaba tomando el pelo. Sin embargo yo no intente explicarle directamente lo que ocurría. Me puse a hacerle preguntas.

   ¿Por qué crees que es así? Su respuesta fue: "porque hay dos soles" a lo que yo le volví a preguntar ¿y si hay dos soles, cuando se hace de noche?
En fin, nos enfrascamos en una conversación que despertó su curiosidad. Cuando regresé a España estaba esperándome para contarme lo que había descubierto. La tierra daba vueltas. Ahora está alucinado con la gravedad.

   Esta es una forma de ayudar a que los chavales descubran por ellos mismos. Desde pequeños pasamos la vida cuestionando todo e intentando dar respuestas a lo que nos ocurre. Gracias a ello estamos donde estamos. No olvidemos esta arma que llevamos con nosotros desde que el hombre es hombre.

EL COMPLEMENTO A LA PREGUNTA: LA ESCUCHA

   Escuchamos para responder y no para entender. Nosotros somos fuente de información para ellos y siempre debemos de tener en cuenta que nuestros hijos tienen identidad propia y sus propias conclusiones. Su mapa mental es diferente al nuestro.

   No debemos de olvidar que ellos vienen de un mundo de protección total y van hacia un abismo que no saben lo que se van a encontrar. En conclusión, debemos de preguntar para descubrir, teniendo en cuenta que nuestras creencias no deben influir en esas preguntas. También debemos de estar presentes y escuchar para responder y no para entender. El sentirse juzgado aleja. Pensemos cómo nos sentiríamos nosotros mismos si nuestros padres empezaran a juzgar nuestras acciones hoy en día.

   Ayudemos a nuestros hijos a que ellos mismos desarrollen su propio potencial sin hacerles que sean una copia de nosotros mismos.

Para saber más, sigue leyendo:

1. Cómo ser padre y no dirigir la vida de nuestros hijos.

2. La pregunta como medio de desarrollo. Aprender descubriendo.

3. Escucha y silencio, herramientas desconocidas y altamente poderosas.

4. ¿Heredan nuestros hijos nuestras creencias, miedos, etcétera?

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