MADRID, 17 Dic. (CHANCE) -
Lo ha intentado de todas formas, y tras 20 meses sin conseguirlo, el considerado mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, Michael Jordan, ha decidido subastar su mansión en Chicago, una propiedad de 10.000 metros cuadrados cuyo precio de salida ha tenido que rebajarse a los 15 millones de dólares, pese a los 21 iniciales que quería el jugador.
"Tiene sentido para una residencia como esta, aunque no sea la táctica más común", aseguró Laura Brady, presidenta de Concierge Auctions, la empresa encargada de comercializar la casa.
La propiedad se sitúa en Highland Park, una zona residencial de lujo al norte de Chicago, cerca del lago Michigan, y Jordan sabe que su venta no podrá ser tildada de típica, ya que va a ser complicado encontrar a un comprador adecuado para la casa.
Una vivienda repartida en dos plantas y custodiada por un portón de entrada con el número de Jordan, el 23, el mismo con el que jugó durante muchos años. La casa tiene nueve habitaciones, 15 cuartos de baño, dos salones circulares, dos gimnasios, 15 plazas de garaje, una bodega con 500 botellas, una sala de cine, cinco chimeneas, una cancha de baloncesto, una pista de tenis, vestuarios, una piscina infinita, varias zonas verdes... ¡Y hasta dos teatros!
A pesar de que Jordan adquirió el terreno en 1991, hasta 1994 no se mudó a la casa, y decidió remodelarla en el año 2009. Ahora, ha decidido venderla porque ya no necesita tanto espacio.
Sin duda, un hogar equipado con todo lo que se pueda desear.
