¿Pueden las hormigas ser agentes contra el cambio climático?

Hormigas 'Messor Bouvieri', Hormiga
Foto: STAVROS MARKOPOULOS / CREAF
Actualizado: jueves, 17 julio 2014 14:51

MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio de 25 años publicado en la revista Geology ofrece la primera medición in situ de disolución de mineral de silicato de calcio-magnesio por hormigas, termitas, raíces de árboles y suelo desnudo.

   Este estudio revela que las hormigas son uno de los más poderosos agentes biológicos de deterioro mineral que se han observado. Puede ser que una comprensión de la geobiología de interacciones hormiga-minerales pueda ofrecer una línea de investigación en geoingeniería para un consumo de CO2 acelerado por la degradación de estos silicatos.

   El investigador Ronald Dorn, de la Universidad Estatal de Arizona, escribe que en escalas de tiempo geológicas, la disolución de los silicatos de calcio (Ca) y magnesio (Mg) silicatos ha producido una reducción progresiva de dióxido de carbono atmosférico (CO2) --principal gas de efecto invernadero-- a través de la acumulación de piedra caliza y dolomita. Muchos de los esfuerzos contemporáneos para el secuestro de CO2 implican el entierro, con algunas consecuencias ambientales negativas.

   Dorn sugiere que, dado que los nidos de las hormigas en su conjunto aumentan las tasas abióticas de disolución de silicatos Ca-Mg en dos órdenes de magnitud (vía biológicamente mejorada a la intemperie), las investigaciones futuras que conducen al aislamiento del proceso de mejora basado en hormigas podrían conducir a una mayor aceleración.

   Si la mejora a base de hormigas puede llegar a 100 veces o más, escribe, este proceso podría ser capaz de secuestrar CO2 de la atmósfera mediante geoingeniería. Del mismo modo, las hormigas también pueden proporcionar pistas sobre vías eficaces de geoingeniería en precipitación de carbonato cálcico para secuestrar CO2 de la atmósfera.

ENFRIAMIENTO DEL CENOZOICO

   El clima de la Tierra se ha enfriado considerablemente durante los pasados 65 millones de años, probablemente por la regulación hidrológica, cambios de la vegetación, y las interacciones relacionadas con la tectónica, en parte mediada por la disolución de silicatos minerales de Ca-Mg que atraen hacia abajo CO2.

   Aunque es solo una especulación, dice Dorn, la ampliación en la variedad y el número de hormigas en el Paleógeno y Neógeno sugiere que las hormigas podrían potencialmente ser una parte del rompecabezas del enfriamiento del Cenozoico.

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