MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo trabajo sobre los restos óseos de guacamayos rojos que se encontraron en un antiguo asentamiento de indios Pueblo indica que las jerarquías sociales y políticas pueden haber surgido en el suroeste de Estados Unidos antes de lo que se pensaba.
Los investigadores determinaron que los guacamayos, cuyas plumas rojas y azules brillantes son muy apreciadas en la cultura Pueblo, fueron persistentemente comercializados a cientos de millas al norte de Mesoamérica a partir de principios del siglo X, por lo menos 150 años antes a la fecha a la que se suele atribuir el origen de la jerarquía.
Los resultados, publicados este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', sugieren que la adquisición y el control de los guacamayos, junto con otros artículos valiosos como el chocolate y el mineral turquesa, pueden haber facilitado el desarrollo de jerarquía en la sociedad. "Por datación directamente de los guacamayos, hemos demostrado la existencia de redes de larga distancia en gran parte de la historia de este asentamiento", afirma Adam Watson, investigador postdoctoral de la División de Antropología del Museo Americano de Historia Natural y autor principal del artículo.
"Nuestros hallazgos sugieren que en lugar de que la adquisición de guacamayos fuera un efecto secundario del crecimiento de la sociedad del Chaco, había una relación causal. La posibilidad de acceder a estas redes comerciales y el poder ritual asociados con los guacamayos y sus plumas pueden haber sido importante para formar inicialmente estas jerarquías", agrega Watson.
Los arqueólogos han sabido desde hace más de un siglo que la gente de la sociedad prehispánica Pueblo del suroeste de Estados Unidos adquirió bienes de Mesoamérica, incluyendo conchas marinas del Golfo de California, cobre en bruto y campanas de cobre hechas a mano desde el oeste de México, el cacao desde el Neotrópico, y pájaros tropicales. Se han recuperado guacamayos ('Ara macao') de muchos asentamientos en el suroeste, en particular en el Cañón del Chaco, en el noroeste de Nuevo México, un importante centro cultural que fue densamente ocupado entre aproximadamente 800 y 1200 dC y tuvo más de una docena de "grandes casas" de varios pisos.
Las aves son nativas de los bosques húmedos tropicales de América --principalmente la región de la costa del Golfo de México, América Central y partes del norte de América del Sur-- por lo que su presencia en el cañón del Chaco indica la existencia de redes de adquisición de larga distancia a menudo características de un sociedad compleja. Se pensó tradicionalmente que la gente de Pueblo no traía estos artículos hasta el año 1040, iniciando una era de rápida expansión arquitectónica llama el florecimiento del Chaco, pero la nueva datación por radiocarbono de los artefactos descubiertos en el establecimiento está cambiando esa opinión.
Excavado inicialmente por un equipo dirigido por el Museo en 1896, la mayor parte de las grandes casas de Cañón Chaco eran de Pueblo Bonito, con alrededor de 650 habitaciones. Entre esas habitaciones había una cripta particularmente inusual: la Sala 33, una única pequeña estructura en la zona más antigua de Pueblo, que contenía 14 cuerpos humanos junto con cantidades significativas de elementos simbólicamente importantes como turquesas, conchas y flautas. Dos de los cuerpos fueron enterrados debajo de un piso de madera con la mayoría de los ajuares funerarios, señalando el tratamiento especial de los individuos de élite en Pueblo Bonito.
"En general, la mayoría de los investigadores han argumentado que la aparición de la jerarquía y las redes comerciales extensas que se extendían en México, coincidiría con lo que vemos como otros aspectos de la florescencia de Chaco: carreteras en construcción hacia el exterior desde Chaco y la formación de los llamados valores atípicos Chaco que imitan la arquitectura que se ve en el centro cultura -- afirma Stephen Plog, profesor de Arqueología en la Universidad de Virginia y coautor del artículo--. Durante muchos años, era el modelo dominante".
Pero en 2010, la datación por radiocarbono liderada por Plog mostró que los dos entierros sucedieron a más tardar entre 775 y 875 dC. "En base a estos resultados, que ponen en cuestión cuando se formó en realidad la jerarquía en el Chaco, decidimos echar otro vistazo a los guacamayos", relata Watson.
Etnográficamente, los guacamayos rojos son particularmente significativos en la cosmología Pueblo, donde basándose en la asociación direccional con el color (rojo/naranja), tienden a designar posiciones del sur. El uso ritual de plumas de guacamayo en palos de oración, disfraces y máscaras para comunicarse con los dioses está bien registrado y la adquisición y el control de guacamayos rojos era probable en el área de élites sociales y religiosas.
"Las aves son parte de la naturaleza, pero también son agentes con propiedades mágicas que se pueden poner para uso humano --afirma Peter Whiteley, conservador en la División de Antropología del Museo y coautor del artículo--. Se creía que el vuelo o simplemente la aparición de ciertos pájaros o el uso de sus plumas motivaba la caída de la lluvia o la nieve, así como las estaciones del año, el sol y el calor".
Los restos de 30 guacamayos encontrados en Pueblo Bonito, incluyendo 14 en una sola estructura: la Sala 38, que, en base a la cantidad de guano detectado en el suelo, era probable una especie de pajarera. Los intentos anteriores de datación indirecta de esqueletos de guacamayos concluyeron que se obtuvieron durante el florecimiento del Chaco, pero la precisión de los métodos utilizados, basados ??en anillos de los árboles asociados y frecuencias del tipo de cerámica, es cuestionable.
Con la datación por radiocarbono, los investigadores examinaron 14 esqueletos de guacamayos de Pueblo Bonito actualmente en la colección del Museo.
La datación radiocarbónica directa de los esqueletos de los guacamayos encontró que 12 de los 14 guacamayos muestreados son anteriores a la florescencia de Chaco, con aproximadamente la mitad de ellos que datan de finales de los años 800 y mediados de 900. La adquisición de estas aves habría sido una tarea formidable, lo que requiere la extracción de los polluelos del nido poco después de su nacimiento antes de viajar entre 1.800 y 2.500 kilómetros a pie de nuevo a Chaco.
"Proponemos que se estableció la base sociopolítica jerárquica de la sociedad del Chaco durante la época inicial de la construcción de las grandes casas y que esta fundación se reforzó a finales de los siglos noveno y décimo con la adquisición de guacamayos y otros agentes cosmológicamente poderosos de Mesoamérica --resalta Plog--. Las jerarquías sociopolíticas evolucionaron a lo largo de casi dos siglos antes de tomar las formas más visibles que se observan en el florecimiento del Chaco. Al igual que en muchas partes del mundo, éste fue un proceso a largo plazo en lugar de una breve transformación abrupta".
