Un estudio revela que Vitoria es la "única" ciudad cuyo comedor social exige empadronamiento y contrato de alquiler

Comedor social
CE
Actualizado: miércoles, 3 octubre 2012 18:55

Círculos del Silencio alerta de que "se deja afuera" a muchas personas "autóctonas e inmigrantes"


VITORIA, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

Vitoria es la única del medio centenar de ciudades analizadas en un estudio sobre el funcionamiento de los comedores sociales en las que el Ayuntamiento "deja sin comer" a todo aquel que, a pesar de su situación de necesidad, no pueda acreditar una antigüedad en el registro del padrón superior a seis meses y un contrato de alquiler de una habitación, según ha denunciado la Plataforma Círculos del Silencio de Vitoria.

Ésta es una de las conclusiones que figura en el 'Estudio comparativo de las condiciones de acceso a distintos comedores sociales en España', que ha dado a conocer este jueves la mencionada plataforma.

Círculos del Silencio ha expresado la "vergüenza" que supone "vivir en la ciudad más insolidaria". Según ha explicado, en San Sebastián existen dos comedores sociales; en Bilbao, tres, en Getxo, uno y en Barakaldo, otro. En ninguno de ellos, tal y como se indica, se exige empadronamiento para obtener un vale de acceso al comedor "y mucho menos" se pide un contrato de alquiler de habitación.

No obstante, en el caso de la capital guipuzcoana se sustituye el plato de comida por dos bocadillos cuando se trata de personas no empadronadas. "En el resto de localidades analizadas, no tener recursos, incluso si se es transeúnte, es suficiente para poder acceder a un plato de comida caliente", ha destacado esta plataforma.

La exigencia de una determinada antigüedad en el registro del padrón o la acreditación de tener alquilada una habitación tampoco se plantea en el resto de comedores que forman parte del estudio.

Círculos del Silencio subraya que en 43 de los 44 comedores estudiados, entre ellos los de Barcelona, Sevilla, Madrid, Cádiz, Badajoz, Santander, Zaragoza, Burgos, León, Coruña "se persigue el objetivo de no dejar a nadie sin comer".

La Plataforma denuncia que Vitoria "es la única ciudad en la que el Ayuntamiento deja a personas sin comer". Tal y como indica, esto ocurre en los casos de quienes no puedan acreditar una antigüedad en el padrón superior a los seis meses y en los de las personas que no poseen un contrato de alquiler de una habitación.

Este colectivo explica que en el comedor social de Vitoria --el de Desamparadas--, un vale de comida cuesta cuatro euros (3 si es para la cena). Tradicionalmente estos vales se entregaban, desde los Servicios Sociales de Base públicos, a transeúntes, personas sin techo y madres sin recursos, "en un ejercicio de justicia social y solidaridad del que Vitoria siempre ha sido ejemplo".

"ENDURECIMIENTO" DE LOS REQUISITOS

La plataforma ha denunciado que según ha podido conocer a través de fuentes municipales de los Servicios Sociales de Base del Ayuntamiento de Vitoria, los requisitos para acceder a un vale de comedor se han "endurecido".

De esa forma, a la exigencia que ya existía en la anterior legislatura de pedir seis meses de empadronamiento a toda persona que solicitara dicho vale, ahora se ha añadido la petición de un contrato de alquiler de una habitación.

Círculos del Silencio ha denunciado que "el listado de personas que, en situación de extrema vulnerabilidad, quedan fuera de estos requisitos es muy larga". Entre ellas, menciona a las personas mayores que viven en la calle y que, "obviamente no están empadronadas", así como "los jóvenes inmigrantes y autóctonos que no poseen colchón social y que, sin los 250-300 euros que cuesta aproximadamente el alquiler de una habitación, se ven sin casa y ahora sin un lugar en el que comer".

Este colectivo ha asegurado que, recientemente, la concejal de Asuntos Sociales, Ainhoa Domaica, afirmó que en lo que va de año, de los 1,4 millones de euros presupuestados para el comedor social, "apenas se ha gastado medio millón". Círculos de Silencio ha cuestionado que la ciudadanía pueda "enorgullecerse" por esta forma de ahorrar derivada de las "restricciones" en los recursos destinados a los más necesitados.