PEKIN 8 Jul. (Reuters/EP) -
La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar ha anunciado este martes que los hospitales chinos no pueden echar a gente herida que necesite cuidados de emergencia, mientras el Gobierno trata de abordar un problema persistente en el sector sanitario.
Una de las políticas clave del Gobierno del presidente Xi Jinping es el proporcionar una sanidad asequible y accesible, pero la falta de financiación y el hacinamiento en los hospitales hacen del acceso a este derecho un problema para los más pobres.
La Comisión ha anunciado en un comunicado que los hospitales y los equipos de primeros auxilios no pueden negar o demorar la atención de emergencia porque los pacientes sean incapaces de pagar o porque se dude de la veracidad de su identidad. Con esto, el organismo busca erradicar la tendencia a "esperar al dinero antes de salvar las vidas", ha añadido.
Los sanitarios que violen la nueva normativa en los hospitales se enfrentarán a una investigación, ha dicho, y se ha dirigido directamente a las autoridades locales para que establezcan fondos de primeros auxilios, ya que muchos enfermos han resultado mutilados o han fallecido después de serles denegada la asistencia alegando preocupación por estos fondos.
Aunque la sanidad no es gratuita en China, debe de ser muy barata. Sin embargo, los doctores y enfermeras están muy mal pagados. Un doctor recién licenciado en Pekín gana en torno a 3.000 yuanes (355 euros) al mes incluyendo las bonificaciones, aproximandamente la misma cantidad que un taxista.
Por todo ello, los profesionales suelen complementar sus salarios con sobornos, lo que implica que los tratamientos estén a menudo lejos del alcance de los pobres, especialmente en las zonas rurales. Esta corrupción de los trabajadores ha llevado a los pacientes a atacarles.