El Cid: ¿héroe o mercenario?

El Cid ¿héroe o mercenario?
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 15 febrero 2016 21:09

MADRID, 15 Feb. (EDIZIONES)

El Cid es una de las figuras históricas españolas más conocidas por sus logros durante el proceso de Reconquista en el siglo XI y será protagonista en la segunda temporada de la serie 'El Ministerio del Tiempo' que se emite en La 1. Se trata también de un personaje sobre el que existen varias leyendas debido a su protagonismo dentro de la literatura. El cantar de gesta mejor conservado y uno de los más importantes es el Cantar de Mío Cid, compuesto aproximadamente en el año 1200.

Rodrigo Díaz de Vivar, que ese era su verdadero nombre, nació alrededor del año 1048, sin embargo no hay dato alguno que permita fijar la fecha ni el lugar de nacimiento tal y como explicó el historiador Ramón Menéndez Pidal en 1926. En la época nadie expuso estos datos ya que entonces los historiadores no se preocupaban de dejarlos escritos cuando se trataban de figuras importantes.

Menéndez Pidal fijó la posible fecha de nacimiento en 1043. Sobre el lugar de nacimiento, aunque no existe indicación documental, el calificativo de 'Vivar' podría situarlo en la localidad de Vivar del Cid, en Burgos. Posteriormente, varios historiadores han indicado otras fechas posibles del nacimiento del caballero. Todas ellas se sitúan entre 1041 y 1049. Su fallecimiento se produjo en Valencia en el año 1099.

El Cid pasó a la historia como un héroe nacional y como una de las figuras más relevantes de la Reconquista que luchaba de lado de los cristianos, pero la mayoría de historiadores establecen que en realidad se trataba de un mercenario, es decir, que no luchaba por una causa concreta si no buscando su propio beneficio. Así definía el personaje en 1929 el miembro de la Real Academia de la Historia, Antonio Ballesteros Beretta, en 'La España del Cid': "El Cid era un enemigo de su patria, violador de iglesias, cruel, perjuro; un mercenario, una especie de condottiero del siglo XI, ansioso de gloria y de botín".

En un comienzo el Cid estuvo a servicio del rey Sancho II de Castilla. Luchó en su bando contra el rey de León, Alfonso VI, y contra el rey de Galicia, García, en el conflicto en el que los tres hermanos se disputaban el gobierno del reino que había quedado dividido tras la muerte de su padre, Fernando I de León, en 1065. Después, el caballero estuvo bajo órdenes de Alfonso VI, quien le capturó y acabó reunificando los reinos de León, Castilla y Galicia.

En 1074 se casó con una parienta del rey, Jimena Díaz, con la que tuvo tres hijos. El Cid fue desterrado por el rey Alfonso tras la batalla de Cabra en la que ayudó al rey taifa de Sevilla. Tras esto el caballero se puso a servicio de la taifa de Zaragoza, donde reinaba Al-Muqtadir, y luchó en batallas como la de Almenar contra la taifa de Lérida y la de Morella contra la taifa de Lérida y el rey Sancho de Aragón.

En 1082 "la estrella del Cid se nubla" cuenta Beretta en 'La España del Cid'. Alfonso VI 'triunfaba' en toda la península sobre todo tras la conquista de Toledo en 1085. Éste no tenía una buena relación con el caballero que no participó en la batalla de Sacrajas en la que lucharon los alfonsinos contra los almorávides y en la que éstos últimos ganaron. Más tarde rey y caballero se reconciliaron y el Cid recuperó el Levante para Alfonso.

La campaña de Aledo, que enfrentó en la actual Murcia a Alfonso VI y almorávides, fue causa de un nuevo destierro del Cid. La demora de éste al lugar del conflicto desató la ira del rey, que acabó abandonando Aledo ante la imposibilidad de defender la plaza. Este desplante no sólo provoco el destierro del Campeador sino que también se le expropiaron los bienes.

Probablemente uno de las hazañas más conocidas del Cid sea la toma de Valencia en el 1094. Para ello conquistó primero la localidad de El Puig --conocida por los cristianos como Puig de Cebolla-- y estableció allí su base de operaciones donde preparó el asalto a Valencia. Díaz de Vivar cercó la ciudad durante casi un año y esta acabó desabastecida. Valencia capituló y el Cid consiguió tomarla, y aunque el emir Yusuf ibn Tasufin, denominado por Pidal como 'el hombre del Sahara', quiso conquistarla, él y los almorávides se acabarían retirando.

El Cid murió en 1099 como Príncipe de Valencia y tras esto los almorávides intentarían recuperar Valencia, donde estaba al mando la mujer del caballero, Jimena Díaz. El hijo de Yusuf aniquiló a una división partidaria del Cid y en 1102, agotados los recursos, Jimena abandona Valencia llevando con ella el cadáver del caballero. La ciudad volvió a estar bajo dominio musulmán.

Tras su muerte, su cuerpo fue enterrado en la Catedral de Valencia. En 1102, debido a la entrada almorávida en la ciudad, los restos fueron llevados al monasterio de San Pedro de Cardeña en Castrillo del Val (Burgos). En la actualidad los restos del Cid Campeador y los de Jimena se encuentran desde 1921 en la Catedral de Burgos.