Rector de Universidad Pontificia de la Santa Cruz: "Francisco con sus gestos ejemplifica el magisterio de Benedicto XVI"

Actualizado: viernes, 12 abril 2013 21:28

MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Pontificias de Roma y rector de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, monseñor Luis Romera, ha indicado que observa una continuidad entre el Pontificado de Benedicto XVI y el de Francisco en el sentido de que el primero fue el de "un hombre intelectual que sabe dialogar con la modernidad y poner de manifiesto las razones de la fe" y el actual es un Papa "que desde una experiencia pastoral distinta, latinoamericana, con su vida y sus gestos está ejemplificando esos grandes temas que Benedicto XVI había puesto de manifiesto con su magisterio".

"Juan Pablo II es el Papa de la caída de muro de Berlín, pero también el Papa con el que empezó a despertar en una cultura secularizada la nostalgia de Dios, el sentido de la fe; luego viene Benedicto XVI y dice que todo ese entusiasmo por la fe hay que saber asumirlo con profundidad, requiere poner la cabeza y desglosa el gran tema de la fe cristiana; y después de esa profundización intelectual, viene un Papa pastor, que dice vamos a asumirlo personalmente, vamos a ser personas de oración, personas de misericordia", ha explicado, al tiempo que ha recordado a Benedicto XVI como "una persona de extraordinaria afabilidad y acogedora".

En declaraciones a Europa Press con motivo de su participación en Madrid en la preparación del X Encuentro Romano de Emprendedores organizado por el Centro Académico Romano Fundación, Romera ha destacado del Papa Francisco que está poniendo de manifiesto a través de su persona, sus gestos, su palabra, una serie de "grandes valores de la fe cristiana": la prioridad de la oración en la vida cristiana --algo que mostró el mismo día de la elección cuando puso a rezar a todos en la Plaza de San Pedro--; la sencillez y la sobriedad; y la misericordia.

Sobre este último aspecto, Romera ha explicado que el Dios de Jesucristo es un Dios misericordioso y eso lo tiene que ver el cristiano para saber transmitir a los demás esa misericordia, más aún en "una sociedad que está viviendo una crisis dura" de la que se saldrá "con medidas de carácter técnico, económico, político o social" pero, sobre todo, "cuando las personas aprendan a tener misericordia, a comprenderse, a perdonar, a no guardar rencores, a superar las distancias ideológicas, a vivir la solidaridad".

En este sentido, considera que el Papa está enviando un mensaje, no solo para salir de la crisis coyuntural, sino también de "esas otras crisis quizá menos evidentes, más latentes, de carácter cultural y existencial, pero que son más profundas, la crisis de la ausencia de sentido en la vida".

El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Pontificias de Roma, universidades promovidas y dirigidas por la Santa Sede que tienen por objeto formar a sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos de los cinco continentes, para que desempeñen papeles relevantes en la Iglesia, ha señalado que estas instituciones pueden ayudar al Papa, primero con su cercanía física desde el punto de vista afectivo pero, sobre todo, con el "efecto multiplicador" que tiene su "seria" formación en todo el mundo.

Y aunque el Papa Francisco no les ha pedido aún nada directamente, ellos, según ha indicado Romera van a esforzarse por "profundizar intelectualmente y transmitir también vitalmente a los alumnos esa grandeza de la fe" en que el Papa les ha "confirmado". En esta tarea de transmitir la fe es en lo que piden ayuda al Papa pues, según ha apuntado, en un contexto que es herencia de la modernidad con una serie de desafíos culturales, "hacen falta cristianos que hayan sabido asumir con hondura la fe".

Para Romera, en la actualidad hay "una ausencia cultural de nociones, de imágenes, de símbolos". Sin embargo, al mismo tiempo cree que es "un momento sumamente interesante" al existir "una cultura en la cual la presunción de hace unas décadas de que quizá con la ciencia y con la técnica se podían resolver todos los problemas humanos, ha entrado en crisis" y que se está dando cuenta de que "los grandes temas de la existencia humana, el sentido de la vida, el modo de orientarse, los desafíos éticos, la familia, el amor, requieren de una elaboración distinta".