Comienza este jueves la campaña de la remolacha que se verá afectada por el calor de agosto que bajará la calidad

COAG-A recuerda que la reestructuración supuso el cierre de 4 fábricas, la pérdida de 25.000 hectáreas y "más de mil" remolacheros

Europa Press Andalucía
Actualizado: jueves, 9 junio 2011 16:34

SEVILLA, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

La campaña de recolección de la remolacha ha comenzado este jueves, con la apertura de la fábrica de Guadalete, con una previsión de unas 650.000 toneladas, lo que hará que la campaña se prolongue hasta finales de agosto y, con ello, la posibilidad de que las altas temperaturas afecten a la calidad y riqueza de la planta.

En declaraciones a Europa Press, el secretario general de la Federación del Grupo Remolachero del Sur, Manuel Pérez Becerra, ha señalado que la campaña ha empezado "lenta" y la previsión, según ha indicado, de 630.000 toneladas supone "una cuarta parte de las de antes de la reestructuración" y alrededor de un 20 por ciento más que la campaña pasada.

Asimismo, ha explicado que la fábrica de Guadalete molturará unas 57.000 toneladas de azúcar, en una campaña que, en condiciones normales, durará unos 85 días. Esto hará que "se llegue a finales de agosto y con el calor se bajará la calidad y la riqueza de la remolacha", algo que afectará a los agricultores. En este sentido, ha señalado que la fábrica debería contar con más capacidad para molturar para que la campaña durará unos 60 días.

Por su parte, el responsable de remolacha en UPA-A, Juan Sánchez, ha indicado que la campaña se ha iniciado con "tres días de retraso" y ha estimado la producción en 750.000 toneladas, cifra que choca, según ha apuntado, con la capacidad de molturación de la fábrica que se estima en 550.000 toneladas.

"Esto significa que vamos a estar hasta finales de agosto o incluso principios de septiembre recogiendo remolacha y con la calor la remolacha se empieza a pudrir y el agricultor se verá afectado, ya que recibe el dinero por el azúcar que se consigue y no por la remolacha que entrega", ha subrayado.

De igual manera, en una nota, COAG en Andalucía ha considerado que la campaña que empieza este jueves será "buena, ya que sus previsiones apuntan a una producción de 650.000 toneladas, unas perspectivas que podrían "mejorar".

Por lo que respecta a la superficie, la organización agraria ha indicado que este año se han sembrado 10.186 hectáreas (7.000 corresponden a Sevilla y 2.700 a Cádiz), lo que significa un aumento de casi 2.400 hectáreas respecto al año pasado, cuando las inclemencias meteorológicas forzaron a una reducción de la misma.

COAG-A estima que la campaña concluirá en la última semana de agosto y, en cuanto al precio final, para la remolacha de cuota los ingresos ascenderán a unos 42,50 euros por tonelada (excluidos IVA y compensación por portes).

REDUCCIÓN DEL 80% EN LA PRODUCCIÓN

COAG ha recordado que la reforma de la OCM del azúcar, en vigor desde el 2006, ha provocado un déficit estructural de azúcar en la Unión Europea (UE) con su repercusión en el mercado mundial. La reforma supuso para Andalucía la reducción del 80 por ciento de la producción de azúcar, el cierre de cuatro fábricas y la pérdida de 25.000 hectáreas y de más de mil remolacheros, además de miles empleos directos e indirectos. En la actualidad, España se ve obligada a importar azúcar para cubrir sus necesidades anuales de consumo, ya que la cuota es de 498.480 toneladas y se consumen más de 1,4 millones.

De ese modo, se pone de manifiesto que la actual política agraria conduce al desmantelamiento de los sectores productivos, provocando la pérdida de la soberanía alimentaria y, por tanto, la dependencia de las importaciones. En ese sentido, un ejemplo claro de las consecuencias de esta política se encuentra en Portugal, donde una cartilla de racionamiento ha limitado la cantidad de azúcar que se podía comprar. Igualmente, en España, ha habido desabastecimiento de azúcar en épocas concretas, como en la pasada Navidad, cuando se incrementó considerablemente la demanda, debido a la fabricación de los dulces típicos.

Por todo ello, COAG considera "inaceptable" la actual Política Agraria Comunitaria (PAC), que en lugar de fomentar la producción para garantizar un abastecimiento de calidad y en cantidad suficiente, sin coste para el ciudadano, prefiere desmantelar con dinero público sectores rentables, como el del azúcar, para ponerlos en manos de grandes multinacionales que hacen negocio con la alimentación. De ese modo, se avanza hacia la dependencia alimentaria, con los riesgos que ésta entraña.

Frente a esta tendencia comunitaria, COAG plantea la necesidad de mantener las cuotas y garantizar una remuneración justa para los agricultores, asegurando así la continuidad del cultivo y el abastecimiento para los consumidores a un precio estable.

En ese sentido, esta organización agraria recuerda que los remolacheros andaluces quieren seguir produciendo y, "de hecho, lo van a hacer por encima de la cuota establecida", porque consideran que sólo así se garantiza el abastecimiento y la continuidad de un cultivo que actualmente mantiene a más de 1.300 familias del Bajo Guadalquivir (Sevilla y Cádiz).

Además, COAG siempre ha defendido que la legitimidad de los apoyos que recibe un cultivo debe estar íntimamente relacionada con el hecho de producir. Frente a una PAC que "desmantela sectores y deja la alimentación en manos del mejor postor", COAG defiende una agricultura "con agricultores, que garantice alimentos de calidad y en cantidad suficiente, a precios razonables".

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