El tribunal solo considera probadas discusiones por la separación matrimonial y alude a motivos espurios
ALMERÍA, 1 May. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Almería ha absuelto a un hombre que se enfrentaba a siete años y diez meses de cárcel acusado de amenazar de muerte en varias ocasiones a su esposa, violarla e impedirle ver a sus hijos después de que ella le denunciase.
El tribunal sólo considera probado que el matrimonio tenía discusiones en la fecha de los hechos y que se habían iniciado los trámites de separación, y remarca las "declaraciones contradictorias y confusas" de la mujer al tiempo que apunta a "algún móvil espurio como la duda sobre la paternidad de su hijo menor por las continuas infidelidades de ella", un extremo que narró el propio acusado al tribunal y que la esposa puso de manifiesto en su denuncia a la Guardia Civil.
La sentencia, consultada por Europa Press, contrapone a la "poca credibilidad" de las declaraciones de ella, la versión "idéntica, persistente y verosímil de él negando en todo momento los hechos", pese a lo que, en el trámite de informes de la vista oral, la Fiscalía mantuvo la acusación como presunto autor de delitos de agresión sexual y continuado de amenazas.
Según detalla la Sección Tercera, se aprecian "contradicciones y cambios sustanciales" en sus manifestaciones a la Policía y en sede judicial, y alude, a que, en declaración "inmediata" tras presuntamente producirse el ataque, "no dio ni un dato sobre la supuesta agresión" y cuestiona el relato fáctico del Ministerio Público.
Hace referencia a que, en su declaración en sala, dijo que había estado "encerrada en casa de los padres de su exesposo en Melilla y que por eso no pudo denunciar los hechos hasta transcurridos diez meses", un extremo que no contó ni a la Guardia Civil ni al juez instructor.
En este punto, el tribunal considera "poco creíble" esta versión porque "junto con el acusado vivían también la madre, alguna de las hermanas y la empleada del hogar" y señala que "cuesta creer que estando en la casa la hermana y la empleada del hogar, no les llamase o pidiese auxilio si estaba siendo supuestamente forzada y encerrada tanto tiempo".
También señala que ha "ido añadiendo nuevos hechos" como una "agresión con puñetazos en la cabeza y en el cuerpo con rotura de un jarrón, relatando que la empleada de hogar, que estaba presente, se lo quitó". "Nuevamente comprobamos la contradicción de estas palabras con el relato del juicio en el que afirma que nadie pudo ayudarla en el momento de la agresión y omite el supuesto encierro, añadiendo que al día siguiente se fue con su hijo a Marruecos".
Por último, la resolución recoge que, si bien manifestó a la Guardia Civil que se marchó de casa "sin sus hijos y que su exmarido no la dejaba verlos", en el plenario "afirmó que se los había llevado cuando ciertamente se quedaron con el padre, como reconoció después".
El relato de la Fiscalía indicaba que I.H.M. había agredido sexualmente a su esposa después de mantener un "fuerte discusión por celos" cuando ambos se hallaban en el domicilio del padre de él, en Melilla, y tras golpearla "y paralizarla de miedo", por lo que ella interpuso una denuncia contra él en marzo de 2010.
Según el Ministerio Público, cuando él se enteró comenzó a "presionarla para retirar la denuncia, sin permitirle ver a sus hijos" y que la "amenazó de muerte para amedrentarla".
