JAÉN 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Universidad de Jaén (UJA) ha presentado la obra 'Jaén, tierra íbera', un libro singular que recoge las intervenciones arqueológicas desarrolladas en la provincia en los últimos 40 años. En ellas ha participado el hoy Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibera, pero también han estado a cargo de equipos e investigadores de otras universidades y centros de investigación.
El rector, Manuel Parras, ha destacado la metodología de trabajo del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibera desde su creación, su interdisciplinaridad y la transferencia de conocimiento que realiza al tejido productivo, "haciendo del patrimonio cultural una fuente de recursos". Un modelo de trabajo que, a su juicio, caracteriza al modelo universitario moderno.
La obra, editada por el Servicio de Publicaciones del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Deportes y Relaciones Institucionales, ha estado coordinada por Arturo Ruiz y Manuel Molinos, director y subdirector del referido instituto y consta de 36 contribuciones de 50 autores diferentes.
"Hemos pretendido mostrar la riqueza y el conocimiento del patrimonio íbero de Jaén, para lo que hemos planteado un trabajo desde que se crean los estudios universitarios y lo que significa para este patrimonio la presencia de una institución universitaria en la provincia de Jaén, que además tiene un grupo especializado en arqueología íbera. A lo que hay que añadir el descubrimiento en 1975 del conjunto escultórico de Porcuna, que hace que el patrimonio existente hasta ese momento, que era bueno, pase a ser excelente", ha explicado Ruiz.
El libro se ha ordenado en una secuencia que atiende al tiempo de los iberos. Seis siglos de historia que arrancan de la nucleación de la población en el 'oppidum' y el nacimiento de los príncipes, la creación de los pagos aristocráticos y el apogeo del modelo clientelar, el desarrollo de los modelos políticos territoriales con las pirámides de oppida, y el final del proceso, iniciado con la Segunda Guerra Púnica que llevó a la hibridación de la sociedad ibera bajo el poder de Roma.
Se ha prestado especial atención a los diversos componentes materiales de la arqueología ibérica, a las nuevas formas que implican el uso de las nuevas tecnologías en la investigación y tratamiento de la información, así como a los modelos de transferencia del conocimiento a la sociedad.
Así, se muestran actuaciones arqueológicas en diversos tipos de asentamientos o la revisión crítica de antiguas excavaciones a partir de otras recientes y de los nuevos conceptos que definen, teórica y metodológicamente, la arqueología de los iberos. Se recoge Puente Tablas o Giribaile, necrópolis como la de Castellones de Ceal o las de Toya y Hornos de Peal de Becerro, santuarios como el de El Pajarillo, Cueva de la Lobera en Castellar o las Atalayuelas de Fuerte del Rey.
Por otro lado, en el libro se tratan numerosos asentamientos, hasta un total de 35, que abarcan el desarrollo cronológico y espacial de esos seis siglos. Algunos de ellos han tenido un tratamiento especial, como Puente Tablas, asentamiento al que se han dedicado 33 años de investigación. Es también el caso de la necrópolis de Piquía, en Arjona, por tratarse de una reciente investigación sobre un asentamiento excepcional.
PIEZAS EXCEPCIONALES
Tampoco faltan otros como el Cerro de la Coronilla de Cazalilla, y por supuesto el santuario heroico de El Pajarillo de Huelma o Cerrillo Blanco de Porcuna, que han contribuido a reformular la visión de la estatuario ibera. Además, se han incluido trabajos sobre piezas excepcionales de la arqueología ibera como el torito de Porcuna, la caja funeraria de Villargordo, la pátera de Perotitos, el sacrificador de Bujalamé, el tesoro de Santiago de la Espada o la Dama de Cerro Alcalá.
Otros trabajos, derivados de investigaciones muy recientes, aluden a escenarios bélicos, como la Batalla de Baécula, o estudios sobre los sistemas de intercambio o explotación de recursos agrarios relativos a Marroquíes Bajos o Higuera de Arjona. Sin olvidar Cástulo y su Puerta de los Leones, que ocupan también un lugar destacado en el libro.
Por último, se ha prestado atención a las investigaciones que abordan desde las nuevas técnicas analíticas el estudios de los materiales y de los contextos arqueológicos, al igual que la transferencia del conocimiento, otra de las señas de identidad del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, con las aportaciones de los proyectos 3D-ICONS, Carare o Viaje al Tiempo de los Iberos.
"Creo sinceramente que el trabajo ha merecido la pena, que se ha reunido un trabajo de investigación de un nivel científico más que notable, además expuesto con un lenguaje que permite que investigadores y la sociedad en general se acerquen a un encuentro con una tierra que definitivamente es ibera", ha asegurado Molinos.
JARDÍN DE LA FLORA AUTÓCTONA
Por otro lado, tras la presentación de esta obra, el rector ha participado en la inauguración del Jardín de Flora Autóctona de la UJA, ubicado en el Campus de Las Lagunillas, junto al acceso por la carretera de Madrid, ofrece paneles con información básica de la vegetación y flora del territorio de las 160 especies de plantas autóctonas, las más representativas de los cuatro territorios fitogeográficos de la provincia de Jaén: Guadiana Menor, Guadalquivir, Sierra Morena y Sierras Béticas. Las plantas están distribuidas en unos 2.063 metros cuadrados.
Parras ha apuntado que supone un recurso didáctico para el profesorado del área de Botánica, "pero no se queda ahí", sino que también lo será un recurso didáctico para el alumnado de los IES, para los curiosos y para la sociedad en general que quieran acercarse a "conocer la flora de nuestra provincia, y aprendan qué plantas están en peligro de extinción y como se distribuyen estas plantas por nuestra geografía".
Ha apostado, además, por el "bilingüismo" de los docentes para comunicar la ciencia. "Los profesores de universidad tenemos que hablar en dos lenguajes: el de tecnicismos para entendernos con nuestros colegas, y con un lenguaje más sencillo, el de la divulgación científica, para que la sociedad conozca y aprenda", ha comentado.
En el Jardín de Flora Autóctona de la UJA se ha seguido un criterio ecológico-florístico basado principalmente en las características geológicas, bioclimáticas y fitogeográficas para definir diez espacios dentro de él: Yesos (del Guadiana Menor y en menor medida del Guadalquivir), Guadiana Menor, Guadalquivir, Sierra Morena (baja montaña), Sierra Morena (media montaña), Sierras Béticas (baja montaña), Sierras Béticas (media montaña), Sierras Béticas (alta montaña), rocalla de flora endémica y rocalla de flora aromática.
Para cada especie se ha diseñado un cartel identificativo con información. Si se trata de especies amenazadas se indica con un color diferente su categoría de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y en caso de estar protegidas por la legislación vigente en Andalucía se señala con otro símbolo y color el grado de protección.
La idea y diseño de este jardín parte del Carlos Salazar, y la asesoría científica corresponde al grupo RNM350 del PAIDI (Geobotánica y Palinología aplicadas al medio natural). Fue impulsado por el Vicerrectorado de Infraestructuras y Desarrollo de Campus a través del Aula Verde. Comenzó a diseñarse en 2012, a construirse en 2013 y las plantaciones se han realizado a finales de 2013 y 2014, quedando ya pocas especies por plantar.
El material vegetal, mayoritariamente, ha sido adquirido en viveros especializados en flora autóctona (Paisajes del Sur, SL), pero en el caso de flora endémica, amenazada y/o protegida ha sido producida y cedida por la Junta de Andalucía, tanto a través de la red de viveros como por el Laboratorio de Propagación Vegetal.