Actualizado 30/11/2010 17:52

Rocío Molina: "No puedes tener toda la confianza en el duende porque ése aparece cuando quiere"

Imagen del espectáculo 'Cuando las piedras vuelen' de la Compañía Rocío Molina
LUIS CASTILLA/BIENAL DE FLAMENCO

MADRID/SEVILLA, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

La bailaora Rocío Molina Cruz, Premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación 2010, asegura que en su vida tiene dos "grandes amores": el flamenco y la danza. "Lo que yo amo es el flamenco, por supuesto, pero también quiero a la danza". "Tengo dos grandes amores y no me puedo limitar sólo a uno", explica la bailaora.

Molina nació en Málaga en el año 1984 y con sólo tres años de edad comenzó su andadura en el mundo de la danza. "Yo siempre he luchado por mi superación y por ir creciendo cada vez más. Aunque sólo tenga 26 años, tengo algo hecho", subraya esta artista, quien terminó su carrera en 2002 en el Real Conservatorio de Danza de Madrid graduándose con matrícula de honor.

"Yo creo que no puedes tener toda la confianza en el duende y en el talento, porque ése aparece cuando quiere", alega esta bailora, quien lleva "luchando" toda su vida por hacerse un hueco en el mundo del flamenco y la danza.

"Lo más importante en esta vida es el esfuerzo y el trabajo", subraya esta mujer, quien con su sexto espectáculo, 'Oro Viejo' llegó al Flamenco Festival de Londres y se trajo a España un éxito que sobrepasó sus expectativas.

RENOVACIÓN DEL ARTE FLAMENCO

Esta martes, el Jurado del Premio Nacional ha destacado "su aportación a la renovación del arte flamenco y su versatilidad y fuerza como intérprete capaz de manejar con libertad y valentía los más diversos registros, características que se expresan de manera especial en sus últimos trabajos 'Oro viejo' y 'Cuando las piedras vuelan', que se pudo ver el pasado septiembre en el marco de la Bienal de Flamenco de Sevilla 2010.

"Yo lo único que he hecho es ser fiel a mi forma de entender el flamenco y a mi propio movimiento. Porque en los últimos estrenos siempre he intentado cuidar los detalles: la puesta en escena, toda la iluminación, o la investigación del cante y de la guitarra", señala Molina. Para esta bailora todo esto son "escaloncitos" que se van subiendo, para al final conseguir un resultado "fresco" y "cuidado".

En esta misma línea, explica que su intención a la hora de bailar es no limitarse con "barreras" y dejar que su cuerpo fluya. "Tengo que dejar que mi cuerpo se mueva libremente, sea más flamenco o menos flamenco", asegura.

"La suerte también es importante, pero hay que estar preparada para que en el momento que te llega poder aprovecharla; nunca hay que confiarse", subraya esta bailaora, quien ya trabaja ya en su próximo estreno que tendrá lugar en mayo en el Teatro Lope de Vega de Sevilla.

"Quiero realizar una nueva evolución sobre mí misma; será una vuelta a mis orígenes, y todavía estamos eligiendo el título", reconoce.