CÓRDOBA 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la Federación de Comercio de UGT-Córdoba, Antonio Vacas, considera que el concurso de acreedores de Urende, "dentro de la situación actual de la empresa, es positivo, ya que supone una garantía de protección de derechos para los trabajadores", añadiendo que, en cualquier caso, su sindicato "arrimará el hombro para salvar la empresa".
En declaraciones a Europa Press, Vacas ha reaccionado así al conocer que el Juzgado de lo Mercantil número uno de Córdoba, a instancias de la propia empresa, ha dictado un auto declarando que la misma entra concurso voluntario de acreedores, ante la falta de acuerdo entre Urende y sus acreedores sobre la fórmula para refinanciar la deuda que mantiene con éstos (entidades financieras), de unos 180 millones de euros.
Ante esto, Vacas ha recordado que, "con el concurso en marcha, los trabajadores están respaldados, porque serán los primeros en cobrar, antes que los acreedores y sin quitas, de modo que el concurso es una garantía de que cobrarán sus nóminas", cosa que han venido haciendo hasta ahora, ya que "la empresa ha cumplido sus compromisos y todos los trabajadores han cobrado ya la nómina de agosto, es decir, están al día".
Por este motivo, es decir, dado que "la empresa está cumpliendo y teniendo en cuenta que Urende quiere y pretende que siga habiendo empresa, lo cual es importante en los tiempos que corren", es por lo que UGT, "en la medida de sus posibilidades, arrimará el hombro para salvar la empresa", ahora afectada por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), de dos meses de duración, que entró en vigor el pasado 1 de septiembre y que supuso el cierre de 12 (la mayoría fuera de Andalucía) de las 22 tiendas que tenía Urende en España.
Es decir, la empresa mantiene su actividad y seguirá negociando con los sindicatos un plan de viabilidad que implicará un posterior expediente de regulación de empleo (ERE), sobre el que ya hay "un preacuerdo", según ha recordado Vacas, quien ha insistido en que espera que "el concurso de acreedores sirva para salvar a la empresa".
El ERTE, cuyo desarrollo se mantiene en la nueva situación de concurso de acreedores, afecta a 390 empleados de los 700 que componen la plantilla de Urende y supuso el cierre de 12 tiendas, en Badajoz, Plasencia (Cáceres), Gandia (Valencia), Alzira (Valencia), Valencia (Capital), Castellón, Valladolid, Burgos, Marbella (Málaga), Utrera (Sevilla), Sevilla ciudad y Córdoba. En cambio, las diez tiendas que se mantienen abiertas se ubican en Córdoba, Tomares (Sevilla), Málaga, Jaén, Granada, Huelva, Almería, Vícar (Almería), Jerez de la Frontera (Cádiz) y Ciudad Real.
Al concurso de acreedores se ha llegado después de que la propia empresa se acogió el pasado 9 de junio al procedimiento de negociación de deuda de la Ley Concursal, el denominado 'preconcurso' de acreedores, medida con la que, según explicó Urende, quería "avanzar en la búsqueda de soluciones para dar continuidad y garantizar la actividad de la empresa".
La cadena de venta de electrodomésticos, informática y electrónica ha dispuesto desde entonces de tres meses, prorrogables a un cuarto, que no ha llegado a completarse, para renegociar su deuda con los acreedores, que durante este periodo no podían instar el concurso necesario. La falta de acuerdo ha lleva ahora a que Urende haya instado el concurso voluntario de acreedores.