Innova.- Investigadores analizan la historia social y económica andaluza a partir de los documentos notariales

Actualizado: martes, 2 noviembre 2010 15:51

SEVILLA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de investigadores de las Universidades de Sevilla, Granada, Cádiz y Málaga, coordinado por la profesora Pilar Ostos, analizan la vida social y económica en la historia de Andalucía a través de la evolución de los documentos notariales y sus actas, estudiando también las peculiaridades existentes en la región a través del proyecto 'Notariado y documentación notarial en Andalucía', incentivado por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.

En una nota, Andalucía Innova indica que en el caso concreto de Andalucía, se están buscando aspectos concretos de las notarías regionales, como la existente en las Alpujarras granadinas en el siglo XVI, donde los notarios "en localidades de tan difícil acceso, a veces eran personajes de dudosa cualificación moral y profesional", como apunta el grupo granadino del proyecto.

El objetivo último de este amplio grupo de investigación es rastrear todos los archivos históricos posibles (desde Simancas hasta los archivos históricos provinciales y los municipales) para desgranar y dar a conocer la realidad notarial de Andalucía.

Ostos menciona que a mediados del siglo XV en Sevilla una mujer alquilaba una casa en la plaza de San Francisco con una condición, "el que la dueña se reservaba entonces una ventana para ver la procesión del Corpus Cristi". "La fuente notarial es fundamental para el historiador, al ofrecer historia de la economía, social, de las mentalidades, literatura", explica la investigadora, que matiza que "es importante porque recogen acciones de personas que no conoceríamos si no fuera por estas fuentes notariales, como el campesino que es contratado para recoger el grano o la aceituna, o el zapatero que realiza una gestión".

Así, apunta a cuestiones de honor familiar, transacciones de compra-venta, alquiler o contratos son algunos de los aspectos que tocan este tipo de documentos. El problema para su estudio es el "difícil acceso en ocasiones y su catalogación". "Intentamos buscar una cronología común que nos permita establecer comparaciones entre provincias. Pero es complicado, entre otras cosas porque, por ejemplo, en Sevilla tenemos documentos desde mediados del siglo XIII (el primer documento notarial data del 1253), mientras que en Granada tenemos que esperar a 1492", explica Ostos.

Además de rescatar la historia que contienen esos documentos, este grupo de expertos se está encargando también de describir y estudiar la institución en sí. "Los notarios en el siglo XV necesitaban tener capacidades poco habituales en el común del pueblo, como saber leer y escribir, y otras características específicas: una determinada edad (normalmente los 25 años, aunque en Sevilla con 18 podías ser notario siendo hijo de notario), tener la condición de seglar, ser ciudadano libre o heredar el oficio del padre", concluye.