Innova.- La UCA patenta un nuevo equipo oceanográfico para optimizar la toma de muestras de plancton en profundidad

Actualizado: miércoles, 22 septiembre 2010 19:48

CÁDIZ, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

El investigador del Grupo de Ecología de la Universidad de Cádiz (UCA), Ignacio González-Gordillo, y su equipo han patentado una botella oceanográfica que permite filtrar grandes cantidades de agua en una sola maniobra para recoger muestras de plancton, "lo que ahorrará tiempo y dinero a los investigadores".

En una nota, Andalucía Innova explica que este nuevo invento "surge de la necesidad" de recoger una gran cantidad de microplancton a 4.000 metros de profundidad dentro de la expedición 'Malaspina 2010', un "acontecimiento único", según González-Gordillo. Estos organismos tienen un tamaño aproximado de 20 micras a 200 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro), del tamaño del agujerito que dejaría un alfiler", explica, para lo que podía o usar las tradicionales botellas oceanográficas, que recogen muestras de 12 litros de agua, o las redes de plancton.

"Con los 12 litros de las primeras no teníamos suficiente, porque la densidad de estos organismos a tanta profundidad es muy pequeña y se necesita mucha agua para obtener una muestra representativa, siendo muy costoso bajar tantas veces la roseta oceanográfica", asegura el profesor González-Gordillo. La otra alternativa sería usar las tupidas redes de plancton, que "no se usan en superficie (hasta unos 200 metros de profundidad) porque hay mucha densidad de organismos y las redes se colmatarían rápidamente", algo que también sería costoso.

Por eso, plantearon la necesidad del uso de otros equipos, que filtrara suficiente agua. El resultado, después de seis meses de trabajo y la ayuda de la OTRI de la Universidad de Cádiz para registrar la patente, ha sido un híbrido entre una botella oceanográfica con una carcasa exterior de PVC y una red de plancton, de un nylon especial de 20 micras de poro, insertada dentro de la botella.

Ésta ha sido diseñada para que se pueda colocar en la tradicional roseta oceanográfica y pueda utilizar los mismos mecanismos de cierre de las otras botellas. A medida que el conjunto se va desplazando en la columna de agua de 4.000 metros de profundidad a 2.000 metros, los organismos van entrando y quedándose retenidos en la red.

Al llegar a los 2.000 metros se activa el mecanismo de cierre y se impide la entrada de organismos de las capas más superficiales. De este modo, se pueden filtrar 8.000 litros de agua en una sola maniobra evitando la pérdida de tiempo y dinero. "Ganamos una muestra representativa de la fracción del plancton prácticamente gratis", asegura el profesor González-Gordillo.

El profesor González-Gordillo añade que en la expedición el el 70 por ciento de los oceanógrafos son españoles. "Creemos que resuelve muchos problemas a los oceanógrafos porque no existía una instrumentación científica de este tipo. De hecho ya hay una casa interesada en su comercialización", añade.

Este invento servirá para llevar a cabo uno los objetivos que persiguen en la expedición Malaspina: hacer el mayor muestreo jamás hecho hasta ahora a escala global para analizar el plancton de las zonas más profundas de los océanos.

"Queremos saber cómo funcionan las cadenas tróficas allí. Ya sabemos mucho de cómo lo hacen en superficie: básicamente el fitoplancton es comido por el zooplancton, este por los peces, y estos a su vez por los grandes predadores", matiza. Además, señala que hay otra cadena trófica paralela en la que destacan unos organismos a medio camino entre el zooplancton y las bacterias (los flagelados y ciliados) "que hasta hace tan sólo 20 años no se sabía bien cuál era su función en los ecosistemas, aunque son fundamentales porque intervienen en el reciclado de los desechos del océano".