Apuestan por crecer en producción y abrirse hacia nuevos mercados internacionales

MÁLAGA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los nuevos propietarios de Isofotón, el grupo español Affirma y la compañía coreana Top Tech, anunciaron hoy que "no venimos con un plan de negocio con el que dejar la compañía a la mitad", sino que "contamos con planes ambiciosos" en los que "no nos sobra nadie, sino que necesitamos el apoyo de todos". En este sentido, manifestó que pondrán a funcionar la empresa "manteniendo los puestos de trabajo" --712--.

Asimismo, el nuevo presidente de la empresa malagueña, Ángel Luis Serrano, que junto a su hermano Diego Serrano dirigen la compañía Affirma, señaló en rueda de prensa que el compromiso desde la dirección de la nueva Isofotón es crecer en producción, así como llevar a cabo un recorte de gasto pero "no a través de mano de obra directa, sino haciendo un coste eficiente". Además, se pretende aumentar, en los próximo tres años, la capacidad de fabricación pasando de los 200 megavatios a los 500.

En este sentido, aseguró que la idea no sólo es trabajar en la industria fotovoltaica, sino también en todo aquello referente a la energía solar. Se pretende, además, fortalecer la presencia de Isofotón en países como Alemania, Italia, Francia; mantenerla en China, Corea, Japón y Estados Unidos; y abrir nuevos mercados internacionales como el australiano. El objetivo de ello, tal y como precisó, es "estar diversificados geográficamente y que no dependamos de los altibajos de cada mercado".

Por otro lado, subrayó que la capacidad de fabricación en este negocio es "clave", y en este aspecto "las empresas chinas nos han sacado ventaja porque las españolas no han sabido hacer inversiones en el momento que deberían haberlas hecho". Por lo cual, apuntó Serrano, "nuestro parangón son estas compañías que hoy en día pueden estar con capacidades de fabricación de 1.000 megavatios", debiendo seguir "su estela para cuando los mercado empiecen a resucitar".

En definitiva, apostilló, el principal objetivo para la empresa malagueña, situada entre los 10 primeros fabricantes del mundo, "es potenciarla y llevarla a donde ha estado mucho tiempo", de donde, aseguró, "no debería haber salido". En este punto, el responsable de la firma Top Tech, Lee Jae Hwan, manifestó que Isofotón es un negocio "con mucho futuro", a la vez que precisó que "uniendo fuerzas nos convertiremos en la mayor empresa de energía renovables del mundo".

COMPRA

Después de un año de negociaciones, finalmente, el pasado lunes se cerró definitivamente la compra-venta de Isofotón, propiedad hasta ese momento del grupo Bergé, cifrada en 50 millones de euros en los que también se incluyen los destinados a "sanear y fortalecer la compañía", según Serrano.

De esta forma, del total de acciones de la empresa ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), el grupo Affirma, que factura en España cerca de 60 millones de euros, obtiene una participación del 80 por ciento, mientras que la coreana pasa a tener el 20 por ciento restante.

Por su parte, el consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, puntualizó que la Junta de Andalucía intervino en este proceso para "forma parte de una solución, nunca de los problemas". Por ello, indicó que el principal fin de la Administración era conseguir un inversor con un proyecto para la empresa y el mantenimiento de los puestos de trabajo".

Así, tras ser cuestionado por la ayuda económica aportada por la Junta, Ávila explicó que hay un procedimiento abierto para que la nueva empresa tenga una prórroga en los avales concedidos con anterioridad y que están cifrados en cinco millones de euros. Además, precisó que la empresa tendrá un nuevo aval de hasta 12 millones de euros ante entidades financieras durante tres años con el objetivo de que el futuro de la empresa "sea un éxito".

Con esta adquisición, se pone punto y final a los problemas económicos de Isofotón, líder en la fabricación de paneles solares fotovoltaicos, la cual planteó a principios de 2009 un expediente de regulación de empleo temporal (ERE) de 90 días al 95 por ciento de su plantilla y despidió a 22 trabajadores indefinidos, para adaptar la producción a la demanda.

El primer ERE temporal abarcaba todo el año, pero a finales de junio ya se habían consumido entre el 85 por ciento o 90 por ciento de los días de parada. Ante ello, la empresa planteo otro expediente de regulación temporal que afectaría a toda la plantilla hasta final de año, aunque finalmente se prolongó hasta el 15 de abril de 2010.